La Unión Europea se encuentra en una disyuntiva, necesita el petróleo ruso pero no quieren comprarlo.
Al parecer pesan más los prejuicios a la hora de las grandes decisiones.
La credibilidad de las potencias europeas podría rodar por el suelo.
El presidente de Venezuela El de la supuesta dictadura se ofrece para surtir el suministro energético a la vieja y devenida Europa.
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