04 octubre 2021

Rusia: Kremlin: los Papeles de Pandora señalan a EEUU como el paraíso fiscal más grande del mundo

Por: Sputnik News

El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, declaró que el Kremlin no ve nada "especial" en los Papeles de Pandora, como tampoco ve supuestas riquezas ocultas del entorno más cercano del presidente Vladímir Putin. Pero sí apuntó que la filtración señala a EEUU como el paraíso fiscal más grande del mundo.

© Foto : Pixabay/essuera

Los llamados Papeles de Pandora (Pandora Papers) es una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) basada en documentos filtrados sobre cuentas opacas en paraísos fiscales.

"[En esos Papeles] no hemos visto ninguna riqueza oculta del entorno más cercano de Putin. No sé cuánto tiempo continuará la filtracin, pero por ahora no hemos visto nada especial", dijo Peskov en una rueda de prensa donde se le pidió comentar las informaciones sobre las presuntas riquezas ocultas de las personas del entorno más cercano de Putin.


El portavoz señaló que el Kremlin tampoco ve razones para abrir una investigación tras publicarse este informe.

"Aún no está claro qué tipo de información es, surgen preguntas y no se sabe si se puede confiar en esa información… pero no significa que sea una razón para abril una investigación, primero debe aparecer una publicación seria", señaló Peskov, al agregar que lo publicado hasta ahora es un "conjunto de afirmaciones gratuitas".

También afirmó que EEUU es la mayor laguna tributaria del mundo, según lo demuestra el dosier presentado.

"Quizá lo único que salta a la vista [en la investigación] es la prueba de que Estados Unidos, efectivamente, es la principal laguna tributaria a nivel mundial, lo que no se corresponde en nada con sus declaraciones sobre la intención de luchar contra la corrupción y las evasiones fiscales. Esa es la realidad", subrayó el portavoz de la Presidencia rusa.

El 3 de octubre, el ICIJ dio a conocer los resultados de su investigación basada en 11,9 millones de documentos filtrados sobre cuentas opacas en paraísos fiscales. La publicación es fruto del trabajo de más de 600 periodistas de 117 países, lo que la convierte en la mayor colaboración periodística de la historia.

En el documento del ICIJ (Papeles de Pandora) figuran más de 35 políticos, algunos en ejercicio y otros no, y más de 300 funcionarios de alto rango. de un centenar de países.

La nueva derecha no es rebelde, sino desinhibida: exalta las pulsiones más oscuras

Por: Resumen Latinoamericano

Bolsonaro, Trump, Vox, Le Pen, Javier Milei ahora en Argentina… ¿Es un mismo fenómeno global o esta sincronicidad solo es una alucinación?


Bolsonaro, Trump, Vox, Le Pen, Javier Milei ahora en Argentina… ¿Es un mismo fenómeno global o esta sincronicidad solo es una alucinación? La consigna “comunismo o libertad” rebota desde Latinoamérica hasta España, ¿cómo es posible que prenda en la sociedad actual el lenguaje de la guerra fría? Las nuevas derechas pasan por rebeldes, transgresoras, contraculturales incluso, ¿realmente es así? En la izquierda, se suceden los debates sobre cómo combatir este fenómeno, ¿se trataría de disputar en su mismo terreno comunicativo? Hablamos sobre todo ello con Diego Sztulwark (Buenos Aires, 1971), investigador y escritor argentino, autor de La ofensiva sensible (Caja Negra, 2019).

  La derecha exhibicionista  

—¿Ve rasgos comunes entre las nuevas derechas que emergen un poco por todos sitios? ¿Cómo nombrar este fenómeno?

—Hace algunos años, Enzo Traverso hablaba de las “nuevas caras de la derecha” y empleaba el término “posfascismo” para reagrupar bajo una misma rúbrica fenómenos reaccionarios emergentes sobre todo en Europa y en EE.UU. Lo notable de su enfoque era su capacidad de retener simultáneamente lo nuevo y lo viejo. En otras palabras, atendía tanto a las continuidades con los fascismos históricos o clásicos, como a las innovaciones o rupturas, evitando reduccionismos, recobrando genealogías, atendiendo a los contextos.

Si consideramos fenómenos como Bolsonaro, Trump, Le Pen o Vox, aparece bastante claro un rasgo común que a mí me resulta definitorio. Me refiero al aspecto “securitista”, entendido como el esfuerzo agresivo tendente a la defensa de un privilegio o supremacía –social, racial, nacional, sexual, étnica, propietaria– que se percibe como amenazada, bien por la profundidad de la crisis o por la fragilidad de las estructuras sobre las que se sostiene. Se trata de una reacción paranoica, obsesionada por fantasmas (“comunismo”) y decidida a proteger activamente lo que cree en peligro.

Este neofascismo tiene mucho de reacción sintomática. Vive en una anticipación constante, producto de una alta sensibilidad a la crisis, a la menor vacilación de las estructuras en las que basa su dominio. De allí su brutal intolerancia hacia los cuestionamientos que suponen los feminismos populares, lo LGTBIQ, lo inmigrante, lo comunitario-indígena, lo anticolonial, la organización del trabajo precarizado: todas estas figuras son leídas como enemigos a derrotar, elementos desestabilizadores de la propiedad privada, de la familia, del trabajo y el orden.

—Las nuevas derechas, dice, no son rebeldes o transgresoras, como hoy se afirma a menudo, sino más bien exhibicionistas. Adjudicarles la etiqueta de transgresoras o contraculturales le parece un grave error de juicio político. ¿Por qué? ¿Exhibicionistas, pero de qué?

—Sí, me sorprende mucho la idea de que estas derechas extremas, que a mi juicio son aseguradoras del sistema, entendido como conjunto de estructuras de dominación, sean presentadas como “anti-sistema”. Es cierto que el discurso de estas derechas transgrede cierto consenso de la política convencional al denunciar a la “casta política” o el “statu quo”; y también lo es que al hacerlo conectan con descontentos múltiples. Pero en ningún caso su rebelión apunta a relaciones de dominación. Su retórica no es rebelde en ningún caso, sino exhibicionista: lejos de atentar contra las líneas duras de subordinación, marginación, exclusión y explotación de nuestras sociedades, las subrayan con un lenguaje desinhibido, exaltando las pulsiones más oscuras.

Esto supone en lo inmediato un conflicto con las fuerzas conservadoras –socialdemocracias, nacionalismos, liberalismos– que se han dedicado a mediar la dominación por medio de un contrato de corrección política, de una supuesta tregua social. Estas derechas neofascistas rompen el pacto, llaman a las cosas por su nombre, apelan a una sinceridad siniestra, exhiben todo lo que la política democrática convencional encubre. Explicitan todo aquello que el pacto de dominación oculta por la vía de eufemismos. Pero al contrario de lo que ocurre con las manifestaciones históricas de la izquierda anti-sistema, no padecen sanción alguna por sus supuestas transgresiones.

  El fantasma del comunismo y la izquierda realmente existente  

—Las nuevas derechas se proclaman rebeldes contra la tiranía del “marxismo cultural” y el “comunismo”. Mientras los demás lamentamos el momento de mayor debilidad de la izquierda en décadas, la derecha denuncia su total hegemonía. ¿Cómo explicar esta paradoja?

—No deja de sorprender el recurso anacrónico al lenguaje de la guerra fría. La derecha denuncia una estrategia omnipresente de “marxismo cultural” que se filtra entre los pliegues del lenguaje, las instituciones, el mundo entero de la comunicación. Para entender cómo se “viraliza” este discurso, podemos sostener la siguiente hipótesis: hay una cierta lucidez alucinada de una derecha paranoica y ultra-sensible a la crisis (crisis más pandemia). Esta sensibilidad y esta paranoia de propietario llevan al acto agresivo anticipatorio. Es decir, la derecha imagina preventivamente un enemigo y proyecta contra él maniobras bélicas.

Me parece que vale la pena tomarse en juego este “delirio”. Hay una verdad en todo delirio. Y la verdad, en este caso, es que no hay capitalismo sin presentimiento de comunismo. El hecho de que se pretenda conjurar de modo violento lo que se presiente no es nuevo. Nos permite comprender cómo piensa una parte de las clases dominantes y cómo prende ese tipo de subjetivación paranoica en una parte de la sociedad.

Imposible saber si, a la larga, las élites podrán controlar lo que ponen en movimiento. Solo cabe desear que de tanto agitar el fantasma del comunismo, ¡ese fantasma por fin se concrete y diga lo suyo! No deja de ser interesante el hecho que parte de las élites sean las que confiesan el carácter precario de toda dominación histórica, el riesgo de que las grietas crezcan, de que se generalicen resistencias. ¡Lo que sorprende más es que sólo sea la derecha la que anuncie la revuelta!

—La izquierda electoral plantea la alternativa entre “democracia o fascismo” y llama a crear un “frente amplio o popular”. Más que revuelta, se trata de una barrera de contención. ¿No queda así la izquierda reducida a gestos puramente defensivos, reactivos?

—Estoy de acuerdo sin vacilar en todo tipo de unidad contra las derechas fascistas. A más fascismo, más realismo. Sólo que la unidad política no es por sí misma suficiente en lo más mínimo. Dada la magnitud de la crisis –y de la violencia que la acompaña– hay que decir dos palabras sobre hacia dónde queremos ir. Tomemos el ejemplo argentino: tras el desastre del gobierno de Macri y de la pandemia, el frente antimacrista en el gobierno constituido con bastante éxito en el 2019 acaba de ser derrotado incluso en los distritos donde gobierna. El problema por tanto no se reduce a repetir que hay que evitar que vuelva a ganar la derecha neoliberal o sus fracciones extremas, sino de saber cómo puede un gobierno, en este contexto, garantizar un límite a la caída de salarios e ingresos de la población. La crisis acorta tiempos, desgasta las alianzas políticas, acelera definiciones y, en el fondo, pide algo más que unidad contra el enemigo histórico.

  Nuevas derechas y comunicación política  

—¿Dónde reside la eficacia comunicativa de las derechas? ¿Cómo prende su mensaje entre tanta gente joven?

—Cada vez más la política reposa en un tipo de mediación que son las “consultoras”, agentes a cargo de todo aquello que se muestra. Sólo por su intermedio la política percibe –a través de estudios cuantitativos y cualitativos– a la sociedad bajo la forma de los análisis de “demandas sociales”; sólo por su intermedio la política se hace oír y escuchar. Las consultoras son agentes mediadores de mercado, cuya misión es consumar todo el proceso que culmina en la venta de un producto particular: lo político.

Pensemos en el caso de Javier Milei, el candidato de derecha extrema que acaba de dar una sorpresa en las recientes elecciones de Buenos Aires. Pablo Fernández ha escrito un texto en el que analiza dos cosas importantes: cada generación se politiza en una plataforma que la expresa, la actual lo hace vía Tik Tok. Y Tik Tok es ritmo. Milei, dice Pablo Fernandez, es el primer político editable en ese tipo de formatos. El segundo argumento tiene tanto peso como el primero: Milei es a la vez un traductor de impulsos oscuros inhibidos por la policía de lo políticamente correcto, sin descuidar por ello los modos de la representación política y los requisitos del discurso de la ciencia (racionalidad económica). Es decir: el más antipolítico de los candidatos es el garante más enérgico del sistema de la propiedad.

Las consultoras hacen análisis desde los “estudios del deseo” y piensan el estado de la sociedad en pandemia en términos de un supuesto repliegue libidinal. La derecha lleva la iniciativa en explorar un nuevo tipo de producciones capaces de articular la narración clásica con imaginarios y formatos nuevos, tomando en cuenta las mutaciones que pudieron ocurrir durante la pandemia, sobre todo entre los más jóvenes.

  Una izquierda de derecha  

—Cierta izquierda –populista, “rojiparda” o anticapitalista– parece fascinada con la eficacia comunicativa de la derecha y llaman a imitarla “para el otro lado”. Es decir, entrar a disputar desde la izquierda lo identitario, los horizontes de certezas, los símbolos de pertenencia y nacionales, los modos de vida tradicionales, el lenguaje simplificador y agresivo, etc. ¿Qué piensa al respecto?

—La izquierda, como bien sabemos, sólo quiere decir algo real cuando nombra un modo de pensar, de percibir, de vivir. La izquierda pierde su historicidad específica cuando se fascina con el modo en que piensa, percibe y vive la derecha. Y esto es válido tanto para la guerra como para la economía o la comunicación. No se trata, por tanto, de situar dos lados simétricos. Hay izquierda si hay asimetría, diferencia, proceso de transformación. Cada vez que las izquierdas asumen las formas racionales y sensibles de la derecha no tenemos más que una izquierda de derecha.

Con respecto a la comunicación, por tanto, es preciso tener en cuenta las premisas críticas más elementales según la cuales la comunicación, tal y como se practica en la sociedad del espectáculo, parte de captar la vida sólo como mercancía y los individuos en el mercado se comunican como personas privadas, dispersas, incapaces de resistir colectivamente, de hacer experiencias a partir de sus malestares. Desde ahí no es posible hacer ninguna política de izquierdas. El espectáculo impone su gramática sean cuales sean los contenidos.

Una política transformadora parte de otro tipo de conexiones, de resistencias, de malestares, de luchas, de otros modos de sentir, de otra lengua. Entiendo que muchas personas experimenten un vértigo extraordinario al llegar a los medios y ver aumentada sus audiencias, pero no me parece que se trate sólo de ampliar audiencia. Hay problemas más serios.

¿Por ejemplo?  

Podemos decirlo de este modo: la derecha extrema ha hecho saltar por los aires la lengua de lo políticamente correcto, que consiste en no llamar por su verdadero nombre la realidad de los derrotados. Es decir, todos sabemos que las líneas de dominación del sistema producen indios, negros, palestinos, putas o migrantes, pero contamos con un eufemismo políticamente correcto para evitar la desagradable experiencia de exhibir esas relaciones de poder. La derecha extrema, al percibir amenazados sus privilegios, ha decidido hablar claro, afirmar esas relaciones de dominación, desinhibir su verbo. ¿Qué hacemos ante eso? ¿Reaccionamos como custodios de lo políticamente correcto, como policías de la lengua?

La retórica llamada progresista, de la izquierda que sólo aspira a la gestión de lo que hay, es una lógica discursiva sin ideas, sin fuerza, sin voluntad de transformación. Pura razón cínica. Por tanto, un serio problema de la “comunicación de izquierda” –si tal cosa fuera posible– es poner en juego otro modo de hablar, para poder enfrentar tanto el cinismo parlamentario como a las ultraderechas. Evidentemente, no es sólo un problema de audiencias, sino de cómo amarrar experiencias, sentidos, palabras. De otro modo sólo la derecha capitaliza la evidente miseria del progresismo. Sin que aparezca un contrapoder con capacidad de narrativa propia, no hay comunicación de izquierda.

—La izquierda más visible insiste en la “disputa del relato”, pero sin atención a la dimensión de contrapoder efectivo, esos relatos son puros significantes flotando en el éter comunicativo, sin mayor relación directa u orgánica con experiencias, vínculos o territorios.

—El aspecto narrativo me parece fundamental, pero siempre en la medida en que se conciba la palabra ligada al sentido y a la constitución de mundos. De hecho, no hay huelgas sin un tejido narrativo interno, que actúa transmitiendo experiencias y saberes entre generaciones. Lucha y narración han ido siempre de la mano. Este sentido materialista de la narración, que supone la palabra como un momento del enhebrado colectivo de las fuerzas, está en proceso de actualización, en el sentido de que tal vez aún no hemos narrado del todo lo que fueron estos años de pandemia, crisis y cuarentena. En este terreno de las narraciones estamos siempre por empezar, siempre comenzando.

*Por Amador Fernández-Savater para CTXT / Imagen de portada: Lobo Suelto.

Teletransportación virtual, una nueva apuesta que permitiría el 6G

Por: Ali Anzola

Los dibujos animados de los años setenta y ochenta, las series de perdidos en el espacio, los supersónicos, fueron los precursores del entretenimiento ideal y fantástico para quienes éramos niños, crecimos pensando en esas fantasías y nos preguntábamos si algún día se harían realidad

Al parecer está muy cerca la era en que podremos trasladarnos  de un lugar a otro, sin importar la distancia en segundos, no tengo duda que la ciencia lo logrará hacer realidad, de lo que no hay certeza es cuando podrá hacerse realidad.


Perdido y encontrado en Guantánamo: ​​Mansoor Adayfi, el detenido 441

Por: Análisis Crítico

La bahía de Guantánamo, ubicada en el extremo sur de Cuba, alberga la tristemente célebre prisión militar estadounidense de Guantánamo, conocida como “Gitmo”, donde 779 hombres han permanecido detenidos, en su gran mayoría sin cargos, y han sido torturados a lo largo de los últimos veinte años.



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Uno de estos prisioneros, el yemení Mansoor Adayfi —o el “detenido 441”— estuvo encarcelado allí durante 14 años, hasta 2016. Adayfi está actualmente exiliado en Serbia, lugar a donde Estados Unidos lo obligó a asentarse luego de su liberación de Guantánamo a pesar de no tener ninguna conexión con ese país. Adayfi acaba de publicar un libro de memorias, en el que describe el horror que se vive en Guantánamo y cómo él y sus compañeros de prisión mantuvieron la cordura, crearon lazos solidarios y sobrevivieron.

Mansoor Adayfi habló con Democracy Now! desde Belgrado. No dejó de sonreír y de reír durante la conversación que mantuvimos con él, a pesar de haber soportado años de tortura y encarcelamiento arbitrario. Aprendió la mayor parte de su inglés casi fluido de los guardias de Guantánamo. Respecto a la gran diversidad que había entre los prisioneros con los que tuvo que convivir, nos dijo:

“Había alrededor de 50 nacionalidades, 20 idiomas e historias de vida diferentes. Las personas que estaban en Guantánamo eran artistas, cantantes, médicos, enfermeros, buzos, mafiosos, drogadictos, docentes, investigadores, poetas. Esas culturas tan diversas interactuaron unas con otras, se fusionaron y formaron lo que denominamos la ‘cultura de Guantánamo’ y lo que yo llamo ‘el hermoso Guantánamo’”.

Las elocuentes memorias de Mansoor Adayfi publicadas en el libro “Don’t forget us here: lost and found at Guantánamo” (No se olviden de los que estamos aquí. Perdidos y encontrados en Guantánamo) son un testimonio profundamente personal del horror que vivió en la prisión. También constituyen una dura denuncia contra la crueldad de las Fuerzas Armadas estadounidenses y las personas que tenían a su cargo el manejo de la prisión, incluido el general Geoffrey Miller, un implacable defensor de las prácticas de tortura que también estuvo a cargo de la prisión Abu Ghraib en Iraq, así como contra la serie de presidentes y comandantes en Jefe que estuvieron al mando de Estados Unidos desde 2002: George W. Bush, Obama, Trump y ahora Biden.

“Por favor, déjame llevarte de viaje por Guantánamo”, escribe en la introducción del libro Mansoor Adayfi. “Ajústate el cinturón y prepárate. Seré tu guía, pero no te preocupes, no tendrás que usar el overol naranja ni los grilletes ni la capucha. Todas las noches podrás dejar atrás las rejas y las celdas de aislamiento y reincorporarte a tu vida. Pero creo que retornarás junto a mí para ver un lado de Guantánamo que pocas personas han tenido posibilidad de experimentar, donde hay mucho dolor, sí, pero también hay momentos inesperados de belleza y alegría que te dejarán sin aliento. Este es mi Guantánamo”.

Nacido en el seno de una familia numerosa en un área rural de Yemen, Mansoor tuvo un buen desempeño en la escuela y cuando cumplió los 18 años de edad fue enviado a Afganistán para ayudar con un proyecto de investigación. Así nos cuenta lo que le sucedió en ese país:

“Un día, después del 11 de septiembre, fui secuestrado por líderes tribales afganos. Desde los aviones estadounidenses se tiraban panfletos en los que se ofrecían grandes recompensas de dinero en efectivo [por entregar sospechosos]. Me vendieron a la CIA como un general de Al Qaeda, un egipcio de mediana edad, involucrado en los atentados del 11 de septiembre. Me llevaron a un centro clandestino de detención, donde me torturaron durante más de dos meses”.

Mansoor nunca olvidará lo que padeció en ese centro clandestino:

“Nadie sabe cuántas personas murieron realmente allí. No había ninguna limitación en las torturas que podían infringirte. Permanecer colgado del techo de la celda, boca abajo, durante mucho tiempo, incluso con los ojos vendados y desnudo. Permanecer parado, sin descanso. Estábamos las veinticuatro horas del día sometidos a prácticas como la privación del sueño, nos golpeaban, nos sometían a la práctica del ahogamiento simulado”.

Con grilletes y encapuchado, Adayfi fue trasladado en avión desde Afganistán a Guantánamo, en un viaje de 40 horas de duración. Sus captores le colgaron un letrero alrededor del cuello con la leyenda “Golpéenme” y los guardias a bordo obedecieron y lo golpearon durante todo el viaje. En la cárcel de Guantánamo, el maltrato continuó. Con el tiempo, los reclusos se organizaron y comenzaron una huelga de hambre.

“Nuestros cuerpos eran el campo de batalla, porque los estadounidenses nos torturaban, nos maltrataban y nos golpeaban en el cuerpo; y nosotros también castigamos nuestros propios cuerpos con la huelga de hambre, tratando de resistir. Era un viaje lento hacia la muerte”.

Mansoor Adayfi sufrió innumerables golpizas y horrendos interrogatorios a manos de los guardias de la prisión. Aún así sentía compasión por quienes regresaban de la guerra en Irak o Afganistán: “Vi cómo volvían esos guardias, muchos de ellos estaban mentalmente destruidos. Ver a una persona quebrantada es más doloroso que cualquier otra cosa”. Una de las guardias lo conmovió profundamente cuando se rehusó a acatar una orden directa de llevar a Mansoor a un interrogatorio.

“Era una cuestión de vida o muerte, pero tienes que mantener viva la esperanza”, reflexionó Mansoor. “Ese lugar fue diseñado para quitarte toda esperanza”.

Mansoor Adayfi lleva puesta —en una actitud desafiante— una bufanda naranja, a pesar de que un psicólogo de la prisión de Guantánamo y un representante del Comité Internacional de la Cruz Roja le dijeron que usar el color naranja podría desencadenarle una situación de estrés postraumático.

“En Guantánamo aprendí que nunca te debes quedar callado”, dijo Mansoor Adayfi, el detenido 441, a Democracy Now!. “Si guardas silencio, el opresor te oprimirá aún más. Así que nunca me quedaré callado”.

© 2021 Amy Goodman


Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.


   Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons   


La maldición de Tutankamon, una historia que trasciende hasta ahora

Por: Ali Anzola 

Tutankamon en realidad no fue un gran faraón que podríamos definir como una leyenda, heredó el trono cerca de los 9 años de edad, pero su padre si llegò a ser uno de los trascendentales líderes que llevaron a Egipto al nivel de gran dominio en casi todo el medio oriente.

MAT Documental
MAT Documental

Este documental que es cortesía del canal MAT  nos muestra una semblanza del mito de la maldición de Tutankamon que como todos los documentales de Tutankamon, aún no cumple con lo que esperamos ver en el documental sobre el entierro del faraón, su biografía, reinado, su pensamiento, pues nada de eso, por que el contenido de este documental, al final te obliga a continuar con una zaga que es aún mas sorprendente  que lo contado.

 Lo que veras en el documental 

Muchos han sido los misterios alrededor del descub rimiento del sepulcro del soberano egipcio, pero ninguno de ellos tiene tantos ribetes trágicos como “La Maldición del Faraón”. A principios de 1923, Carter y su amigo Lord Carnarvon abrieron ceremoniosamente la tumba del joven Tutankamón en el Valle de los Reyes... Sin embargo los obreros le advierten sobre su descubrimiento. Después de esto, miembros de su expedicion comienzan a morir por extrañas enfermedades ...

82 años después de la inaguración de la tumba más famosa de Egipto, el epidemiólogo Mark Nelson investiga los agentes biológicos que quedan en su tumba y examina la vida, la muerte y el posible asesinato del Boy-King. 


Hilo: Piedad Córdoba dice que es paja que los venezolanos pasan hambre, Poleo "Maduro pagò a influencers youtubers

Por: Análisis Critico

Una, influencer mediática de la oposición ultraderechista y otra, una de las mas connotadas defensoras de los derechos humanos en Colombia y en el mundo, ambas son muy seguidas y escuchadas por sus medios, peor la diferencia está en que una desea el mal para Venezuela y la otra lucha por que en su país natal Colombia, cese la guerra el narcotráfico y la represión brutal contra su pueblo


 

Pandora Papers revela la maquinaria de lavado de dinero más grande del mundo

Por: Ali Anzola  

La red de lavado de dineros y activos mas grande de la historia que involucra la mayor parte de entidades financieras de los Estados Unidos y otros países

  IMPLICACIONES  

Los archivos filtrados exponen los secretos financieros y trámites 'offshore' de 35 actuales y antiguos presidentes, más de 100 multimillonarios y más de 300 altos funcionarios públicos, como ministros, jueces, alcaldes y dirigentes militares de más de 90 países.

Estan igualmente involucradas grandes  instituciones financieras multinacinales y una infinidad de personajes que incluyen presidentes de varios países, actores y otros artistas conocidos de gran fama internacional

Magnitud del lavado de Dinero



  Alcance  

"La maquinaria 'offshore' opera en cada rincón del planeta"

Una de las conclusiones principales del trabajo periodístico es que "la maquinaria del dinero 'offshore' opera en cada rincón del planeta, incluidas las democracias más grandes del mundo". "Entre los principales jugadores del sistema se encuentran instituciones de élite —bancos multinacionales, bufetes de abogados y estudios contables— con sede en Estados Unidos y Europa", indica el ICIJ.

Personajes involucrados


presidente de Ecuador, Guillermo Lasso

presidente de la República Dominicana, Luis Abinader

hijos del presidente de Chile, Sebastián Piñera

expresidentes de Colombia, César Gaviria y Andrés Pastrana

expresidente de Honduras, Porfirio Lobo

expresidentes de El Salvador, Alfredo Cristiani y Francisco Flores

expresidente de Paraguay, Horacio Cartes

expresidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski

expresidentes de Panamá, Juan Carlos Varela, Ricardo Martinelli y Ernesto Pérez Balladares

ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes

exprimer ministro de Haití, Laurent Lamothe

presidente de Montenegro, Milo Djukanovic

presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski

presidente de Gabón, Ali Bongo

presidente de Congo, Denis Sassou-Nguesso

primer ministro del Líbano, Najib Mikati

primer ministro de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Rashid al Maktoum

primer ministro de Costa de Marfil, Patrick Achi

princesa de Marruecos, Lalla Hasna

Puedes ser de la tercera edad pero el Swing nunca te abandona

  Por: Analisis Critico  Puedes ser de la tercera edad pero el Swing nunca te abandona pic.twitter.com/zjyzpIRjHS — Ali Anzola Escorche (@al...