Por: DW
Con una buena dosis de pragmatismo, Gustavo Petro ha conseguido el apoyo necesario de la oposición para sacar adelante reformas clave de su agenda de cambio en Colombia.
Hace cien días, el primer presidente de izquierda de Colombia, Gustavo Petro, tomó las riendas del país sudamericano, y a un ritmo acelerado logró materializar su promesa de cambio social con la aprobación de la reforma tributaria, un proyecto clave de su agenda, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela y avances en su proyecto de "paz total".
Reforma tributaria
El primer gran triunfo del exguerrillero Petro en la silla presidencial consistió en convencer en tiempo exprés a la oposición en el Congreso de la necesidad de su reforma tributaria, con la que pretende recaudar unos 4.000 millones de dólares. La aprobación legislativa de este proyecto es clave para poder financiar e implementar sus programas sociales.
Restablecimiento de relaciones con Venezuela
En sus primeros tres meses al frente de Colombia, Gustavo Petro también priorizó la normalización de las relaciones con la vecina Venezuela, rotas desde febrero de 2019. A principios de noviembre viajó a Caracas para reunirse con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro. Esta fue la primera visita oficial de un presidente colombiano en casi una década.
El primer gran paso hacia el restablecimiento de las relaciones entre Caracas y Bogotá fue la reapertura de la frontera binacional para el transporte de mercancías en septiembre pasado. Tras tres años de silencio diplomático, Colombia volvió a asumir un rol estratégico para lograr solucionar la crisis en el país vecino.
Asimismo, en el marco de su estrategia de seguridad, Gustavo Petro apuesta por el apoyo de Caracas en las negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), por lo que pidió a Nicolás Maduro fungir como "garante" de esos diálogos de paz. Ya en las negociaciones pasadas con las FARC, la voz del Gobierno venezolano había tenido un peso decisivo.
La "paz total"
Según una reciente encuesta, el proyecto de la "paz total", con la que el presidente pretende desarticular a los grupos armados, es la propuesta del gobierno con más popularidad (51,2 por ciento). Con este ambicioso proyecto, Petro busca negociar de forma simultánea tanto con el ELN, así como con las disidencias de las FARC y otros grupos del crimen organizado.
De momento, el mayor éxito de Bogotá ha consistido en revivir el diálogo con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional. Ahora, el principal reto del presidente colombiano será negociar acuerdos concretos, más allá de la política simbólica.
El presidente verde
A nivel internacional, el Gobierno colombiano ha tratado de posicionarse como un líder latinoamericano del giro verde. Su discurso en el marco de la COP27 abogando por priorizar a la humanidad frente a las multinacionales se hizo viral. Pero no ha sido su único hito verde a nivel retórico: su alocución ante la ONU, en septiembre, pidiendo acabar la actual guerra contra las drogas, fue muy comentado. "Disminuir el consumo de drogas no necesita de guerras, necesita que todos construyamos una mejor sociedad", destacó Petro, quien después dio un giro verde a sus palabras: “Las guerras les han servido para evitar la lucha climática. Les invito a detener la guerra e impedir el desastre climático”.
En su propio país, no obstante, puesto que el sector del petróleo es el mayor generador de divisas para Colombia, el anuncio del abandono de los combustibles fósiles en un futuro próximo ha puesto nerviosos a muchos colombianos. De ahí que otro reto de Petro consistirá en lograr el cambio verde prometido teniendo en cuenta las dificultades económicas.
Con información de efe y afp