El resultado de las elecciones para gobernador en Barinas, en las que el candidato opositor Sergio Garrido ganó, con el 55 % de los votos, al candidato oficialista Jorge Arreaza, con 41 %, permite sacar algunas conclusiones rápidas.
1. El sistema electoral es fiable
La principal moraleja que deja el resultado de este domingo es que la resolución de los conflictos en Venezuela pueden obtenerse por medio de la democracia y la institución electoral.
Esta elección, que había sido repetida debido a la inhabilitación del candidato opositor Freddy Superlano –por parte del Tribunal Supremo de Justicia– tras las regionales del pasado 21 de noviembre, es una comprobación fáctica de que el sistema electoral, desde sus autoridades hasta sus máquinas electorales, produce resultados que pueden ser fiables para todos.
El Consejo Nacional Electoral dio los resultados a tiempo y nadie los objetó. El candidato oficialista, Jorge Arreaza, reconoció su derrota incluso antes de darse a conocer los resultados.
Este domingo se comprobó que el desconocimiento opositor de la vía democrática fue un error que atentó contra la normalidad del país sin dar resultados positivos, cuando la opción electoral era totalmente viable.
Venezuela ha pasado cinco años de una crisis política profunda debido al desconocimiento opositor de la vía democrática, aduciendo siempre desconfianza hacia el sistema electoral, y este domingo se comprobó, para unos y otros, que dicho desconocimiento fue un error que atentó contra la normalidad del país sin dar resultados positivos, cuando la opción electoral era totalmente viable.
El resultado prueba que la oposición ha perdido estos cinco años con estrategias radicales.
2. Sin cambios drásticos en el mapa político
El mapa político territorial no varía mucho con el triunfo opositor en el estado Barinas, al suroccidente de Venezuela. A pesar de la derrota en este pequeño estado, el partido de gobierno sigue teniendo una mayoría contundente: 19 gobernaciones (frente a cuatro de la oposición) y 210 alcaldías (contra 120 de la oposición).
Con el control de una mayoría abrumadora de poderes públicos, y corroborado el poder del oficialismo en gobernaciones y alcaldías tras las regionales, la derrota en Barinas puede ser fácilmente metabolizable y no debería percibirse como una amenaza para este.
3. Derrota simbólica para el oficialismo
No obstante, el oficialismo se ha llevado una derrota simbólica, que hasta ahora no ha tenido parangón, ya que no puede ser explicada desde otro argumento que no sea el de una extrema debilidad que le permitió a la oposición sacar una ventaja de casi 15 % en el estado en el que nació Hugo Chávez.
No es que esta derrota no pueda ser superable, pero el gobierno se volcó en Barinas para derrotar a la oposición y su estrategia resultó fallida. Así, la oposición ha encontrado una fórmula exitosa que puede perfeccionar en los próximos años y que está basada en la participación electoral.
4. Sergio Garrido logró articular a la oposición
El intento de división opositora provocada desde la candidatura de Claudio Fermín –quien alcanzó el 1 % de la votación– no solo muestra la impotencia de candidaturas aéreas, sino que termina de diluir el intento efectivo y real de edificar un nuevo polo de oposición más moderada, menos rupturista, que trata de dividir el voto opositor y con esto impedir que gane la oposición tradicional, nucleada en torno a la Mesa de la Unidad Democrática.
La división opositora, que fue la principal causa de la victoria oficialista en las elecciones regionales del 21 de noviembre, ya luce inviable para un triunfo a escala nacional.
Muchos de los partidos aliados de Fermín y electores de esta tendencia se fueron con el candidato opositor y gobernador electo, Sergio Garrido, quien logró articular a casi todas las oposiciones.
Ya la división opositora, que fue la principal causa de la victoria oficialista en las regionales, hace pocas semanas, ya luce inviable para un triunfo a escala nacional.
5. Cambios en la estrategia chavista
La principal derrota de este domingo es para el oficialismo, que se volcó íntegra y de lleno para ganar en Barinas. Después de esta elección queda afectada a lo interno, ya que estos resultados evidencian que la abstención y la división opositora le favorecen en sus victorias electorales.
El principal símbolo afectado es la figura del expresidente Hugo Chávez, que fue en vida, y también luego de su muerte, la razón de peso para la movilización de los votantes. Ahora esto no ha sido así.
Chávez, que mantiene aún en las encuestas un alto grado de adhesión y simpatía, ya no puede ser rememorado por la estructura partidista para atraer votantes, al menos para ganar, como era hasta hace algunos años.
En el 55 % de votos obtenidos por Garrido hay miles de exvotantes de Chávez que hoy no validan la dirección política actual.
Con las principales estrategias melladas será difícil ganar unas presidenciales en 2024. El chavismo tendrá que reinventarse.
Por su parte, la oposición tendrá que administrar su victoria, tomando en cuenta que la mala evaluación política de sus triunfos pasados los llevaron a cometer errores estratégicos que terminaron diluyéndola como una opción real de poder.
Ociel Alí López es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.