Por: Rebelión
Para algunos, la lección es disuadir a China armando mucho más a Taiwán. Otros piensan sin inmutarse en la mejor manera de librar una guerra contra China «en defensa de Taiwán».
Hace poco, un alto general estadounidense afirmó que una guerra por Taiwán podría estallaren un plazo de dos años.
Recordando las palabras de Biden sobre el «socavamiento del estatus quo» y su «cambio unilateral y violento», parece claro que precisamente Estados Unidos es el culpable de ello, con contactos y visitas que atienden a los líderes de Taiwán como si fueran representantes oficiales de un Estado independiente, con armamento a gran escala y propaganda de guerra.
Sí, pero seguramente no se puede ignorar el hecho de que China despliega regularmente fuerzas militares en la región; así ocurrió, por ejemplo, poco después de la visita de la presidenta del Parlamento estadounidense, Pelosi, a Taiwán.
Como ya he dicho, China quiere una reunificación pacífica. Pero también quiere que se respeten los compromisos del pasado. Cada vez que Estados Unidos y Taiwán dan un paso de más en su táctica del salami para avanzar hacia la independencia de Taiwán sin declarar también esta independencia con una declaración rotunda, el gobierno chino se defiende de la provocación con ejercicios simbólicos para demostrar que no quiere renunciar a la opción militar.
Durante esos ejercicios la fuerza aérea china también cruza el límite de la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) declarada por Taiwán. Por supuesto, China no reconoce esa zona de identificación de defensa aérea, ya que solo puede establecerla un Estado reconocido. Las brechas de la frontera imaginaria no existían hasta hace poco porque China quería mostrar su buena voluntad.
Aun así, mientras Washington y Taipei intensifican sus preparativos bélicos, Pekín intentará por todos los medios no caer en la trampa de una carrera armamentista. Sin embargo, China nunca renunciará a la aspiración de reunificar Taiwán con la patria y está haciendo todo lo posible para que esto ocurra de forma no violenta en el camino hacia el modelo de “un país con dos sistemas”.
Para ello, Pekín quiere reanudar el desarrollo favorable de las relaciones económicas, la inversión y el comercio entre el continente y la isla, así como los contactos entre familiares y otras personas. Una evolución pacífica que se vio interrumpida por las victorias electorales del separatista PPD, que rápidamente se erigió en aliado de los gobiernos de Trump y Biden con su nuevo rumbo agresivo.
Por último, ¿cree que se podría llegar a una guerra en Taiwán?
No soy vidente, pero deberíamos evitar una guerra así a toda costa. La guerra de Ucrania, por terrible que sea, será un juego de niños comparado con lo que se puede esperar en una guerra por Taiwán.
Hacemos todo lo posible por mantener cabeza fría y no dejarnos influir por la fiebre de guerra que actualmente hace estragos en gran parte de la clase dirigente de Estados Unidos y Europa. El movimiento pacifista tiene mucho trabajo que hacer aquí.
Nota:
(1) En el Tercer Comunicado de Entendimiento entre Estados Unidos y China, fechado el 17-8-1982, el párrafo 5 afirma que «Estados Unidos no persigue una política a largo plazo de venta de armas a Taiwán y que las ventas de armas estadounidenses no superarán, ni en términos cualitativos ni cuantitativos, el nivel de entregas de los últimos años desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China, y que tiene la intención de reducir gradualmente las ventas de armas a Taiwán y llegar a una solución definitiva con el tiempo». (NDLR)
Fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2023/02/01/oorlogskoorts-na-oekraine-taiwan/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.