Por: Mariana Álvarez Orellana CLAE
El jueves 18 de noviembre, mientras se desarrollaba la sesión del pleno Congreso, la parlamentaria de la ultraconservadora Avanza País, Patricia Chirinos, informó que tenía lista la moción de vacancia presidencial contra Pedro Castillo “por incapacidad moral”, pero le faltaban la firma de 26 congresistas, en momentos en que los militares se metieron a la guerra política contra el gobierno de Pedro Castillo.
La intervención de dos generales hizo rodar las cabezas del secretario general de la Presidencia de la República y del ministro de Defensa, y le dio munición a la extrema derecha para apoyar y promover un golpe parlamentario.
Entre los fundamentos que motivaron a Chirinos para presentar dicha moción figuran la designación de altos funcionarios vinculados al terrorismo y apología al terrorismo, permisibilidad a la violencia contra la mujer, entre otros. Se necesitan 87 votos, dos tercios del total de 130, para aprobar la destitución. Chirinos cuenta con 43, dado el respaldo de su propia agrupación, del fujimorismo y del partido fascista Renovación Popular.
Representantes de las bancadas de Perú Libre, Somos Perú, Podemos Perú, Alianza Para El Progreso y Juntos Por el Perú han manifestado que no apoyarán la iniciativa planteada por Chirinos.
«En Fuerza Popular creemos que este gobierno viene demostrando una permanente incapacidad para conducir el país. Por ese motivo, la bancada de Fuerza Popular ha decidido firmar la moción de vacancia presidencial», enfatizó Keiko Fujimori, ex candidata presidencial de la ultraderecha.
Jorge Montoya, vicealmirante retirado, y congresista por Renovación Popular, había señalado que es positivo que se lleguen a las firmas para llamar al jefe de estado al Congreso ya que el proceso de destitución es una manera de ejercer control político, parte de las funciones del Legislativo.
“Si se consiguen los votos para que venga, no interesa que se vaya a vacar, no sería específicamente para obtener la vacancia salvo que se consiga en el interín, sería una forma que el presidente rinda cuentas ante el Parlamento”, enfatizó.
Mientras los medios hegemónicos y la derecha siguen bombardeando permanentemente al gobierno del maestro Castillo, la última encuesta de IPSOS precisó que la aprobación del mandatario bajó siete puntos de octubre a noviembre y hoy solo un 35% respalda la gestión del jefe de Estado.
Los militares atacan
Los comandantes generales del ejército y la fuerza aérea José Vizcarra y Jorge Chaparro, separados sorpresivamente de sus cargos y pasados a retiro hace dos semanas, respondieron a esa decisión disparando contra el gobierno y denunciando que desde lo más alto del Ejecutivo se les presionó para el ascenso de coroneles y generales que no habían sido seleccionados para subir de grado, a lo que dicen que se negaron.
Apuntaron directamente contra el secretario del presidente Castillo Bruno Pacheco y el ministro de Defensa Walter Ayala. Los acusados negaron las acusaciones. Ayala incluso involucró directamente a Castillo, pero tampoco pudo sostener esa acusación. La caída de su secretario es un duro golpe para el presidente. Pacheco, maestro como Castillo, forma parte del círculo de más confianza del mandatario.
El Congreso, dominado por la oposición, ha recogido con entusiasmo los ataques de los generales contra el gobierno y ahora van nuevamente por la cabeza de Castillo, al que acusan de tráfico de influencias y de haber “ofendido” a las fuerzas armadas al destituir intempestivamente a los dos jefes militares.
La fiscalía le abrió una investigación por tráfico de influencias a los renunciantes Pacheco y Ayala. La Fiscalía intervino las oficinas del secretario de la Presidencia, , Pacheco también ha sido denunciado por haber gestionado ante la Superintendencia de Administración Tributaria favores para empresas vinculadas a personas de su entorno.
Ayala había renunciado hace dos semanas como ministro de Defensa cuando estalló el escándalo de los ascensos castrenses y la remoción de los jefes militares, pero Castillo guardó silencio y el ministro continuó en el cargo. Días después volvió a presentarla cuando el Congreso aprobó su interpelación y se descontaba que había los votos necesarios para censurarlo y así obligarlo a dimitir.
El miércoles asumió como nuevo ministro de Defensa el exfiscal anticorrupción Juan Carrasco, quien vuelve al gabinete después de haber sido ministro del Interior.
Mariana Álvarez Orellana. Antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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