Según el testamento de Ivana, quien no recibió nada fue su exmarido Donald. La niñera de sus hijos, por su parte, heredó un condominio en Florida, valorado por los servicios inmobiliarios en más de un millón de dólares, y un yorkshire terrier llamado Tiger Trump.
A su vez, Ivanka, Eric y Donald Jr. se quedaron con una casa de su madre en Nueva York, situada a media cuadra del Central Park, que actualmente tratan de vender por 26,5 millones de dólares. Según el testamento, las ganancias de la venta, independientemente de la suma final que consigan obtener, se dividirán por igual entre los tres.
Ivana también dejó parte de su fortuna para la caridad, destinando toda su ropa a la Cruz Roja Americana y al Ejército de Salvación, con la única excepción de sus abrigos de piel, que exigió vender y dar las ganancias a sus tres hijos.
Además, sus activos deberán utilizarse para cubrir los impuestos federales por cuestiones de herencia, que podrían constituir 8,7 millones de dólares tratándose de un patrimonio de 34 millones de dólares.
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