A finales de junio, los ministros de Relaciones Exteriores de Finlandia, Suecia y Turquía firmaron un memorando de entendimiento, en el que Ankara garantizaba a los dos aspirantes el apoyo a su membresía en la OTAN, pero en respuesta demandó el cese de los embargos armamentísticos en su contra y la extradición desde dichos países de individuos a los que considera terroristas.
A finales de noviembre, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que Finlandia y Suecia deben aumentar la cooperación con Turquía en la lucha contra el terrorismo y las organizaciones terroristas, entre las cuales mencionó al PKK. Además, Stoltenberg afirmó que ambos países deben endurecer su legislación antiterrorista.
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