Por: Nelson Gluek
Se puede afirmar categóricamente que ningún descubrimiento arqueológico ha contradicho nunca a alguna referencia bíblica. Los hallazgos arqueológicos no han hecho más que confirmar claramente con detalle exacto los aspectos históricos de la Biblia. Y, por la misma razón, la correcta evaluación de las descripciones bíblicas a menudo ha llevado a descubrimientos sorprendentes«.
Esta es la Estela de Merneptah. Es un bloque de granito con una inscripción sobre el rey egipcio Merneptah (1213 a 1203 AC). El extenso texto contiene el registro de su victoria sobre los libios y sus aliados, pero las últimas líneas tratan sobre una campaña aparte en Canaán, que entonces era parte de las posesiones imperiales de Egipto. Hace mención expresa a Israel: «Israel es un yermo desolado, pero su semilla no». Es la primera mención a Israel fuera del registro bíblico. Se descubrió en Tebas y actualmente se conserva en el Museo de El Cairo.
La puerta de Ishtar, en el museo de Pérgamo, Berlín, Alemania. Fue construida a comienzos del siglo VI a.C. por Nabucodonosor II al norte de la ciudad de Babilonia, cuyas ruinas están situadas a unos 100 kilómetros al sur de Bagdad. Estaba consagrada a Ishtar, la diosa babilónica del amor y la guerra, y daba acceso al templo de Marduk, el señor de los dioses, a través de una avenida procesional decorada con relieves de leones y dragones.
Su investigación contribuyó enormemente al conocimiento de distintos períodos del antiguo Israel, como el cananeo, el del Primer Templo y el Herodiano, así como la Rebelión de Bar Kojba (133-135 E.C.), quien se había erigido como mesías político/militar contra Roma y cuya guerra costó 850.000 víctimas. Jerusalén fue completamente arrasada y después helenizada al construirse una nueva ciudad: Colonia Aelia Capitolina, con un nuevo templo dedicado a Júpiter, Juno y Minerva. Se produjo así la última Diáspora judía a todas las naciones hasta el año 1947 con la creación del nuevo Estado de Israel.habitaciones y colosales bajorrelives. También desenterró el palacio y la famosa biblioteca de Assurbanipal que contenía 22.000 tablillas. Nínive resurgía, como capital del imperio Asirio, en todo su esplendor. En la fotografía adjunta puede apreciarse el hallazgo de uno de los toros alados asirios. En un ataque terrorista en 2015, se destruyeron o desfiguraron grandes estatuas del lugar arqueológico de Hatra, declarado patrimonio mundial, así como artefactos únicos procedentes de varias excavaciones de la provincia de Nínive que se encontraban en el Museo de Mosul, Irak.Hadad II, de su victoria en una batalla sobre Josafat (c.860 a.C.). Sin embargo, el aspecto más importante del texto es que Hazael explica a su padre que ha vencido a soldados de a pié, a aurigas y a los jinetes del rey de «la casa de David«. Sobre Josafat rey de Judá, las Escrituras dicen: «Josafat hijo de Asá ascendió al trono de Judá en el cuarto año de Acab, rey de Israel. Josafat tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén veinticinco años. El nombre de su madre era Azuba hija de Siljí. Siempre siguió el buen ejemplo de su padre Asá, y nunca se desvió de él, sino que hizo lo que agrada al Señor». – 1 Reyes 22, Nueva Versión Internacional, NVI.
En este ladrillo de cerámica está inscrito en forma cuneiforme el nombre de Nabucodonosor II, a quien se menciona unas 90 veces en la Biblia (por ejemplo, Esdras 1: 7). Los reyes antiguos a menudo usaban ladrillos inscritos en sus proyectos de construcción. Este se hizo originalmente en c. 604-562 aC y fue encontrado en las ruinas de la antigua Babilonia durante las excavaciones de 1927. Se lee:
– Dr. Nelson Glueck – Arqueólogo palestino y autor de «Rivers in the Desert«, (New York: Farrar, Strous and Cudahy, 1959), 136.
Fue aquí en Babilonia donde los hebreos supervivientes a la primera destrucción de Jerusalén en 587 a. C. a manos de Nabucodonosor, tuvieron que pasar 70 años de destierro alejados de su querida tierra Israel. En 1842, en su obra “Nabucco”, Giuseppe Verdi logra expresar del modo más bello toda aquella añoranza.
«Y aconteció que en el noveno año de su reinado, en el décimo mes, el día diez del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército contra Jerusalén, acampó contra ella y construyó un muro de asedio alrededor de ella«.- 2 Reyes 25:1, LBLA.
Esta tumba con una piedra rodante en su entrada se encuentra a unos 19 Km al suroeste de Jerusalén, en la Shephelah, tierra que se encuentra entre la cadena central de montañas de Palestina y la llanura de la costa. Era el tipo de tumba que Roma usó hasta el año 135 A.D., el mismo tipo de tumba con piedra rodante que se describe en los evangelios después de la muerte de Jesús. (Mateo 27:57-66, Marcos 15:42-47, Marcos 16:1-8, Lucas 24:1-2, Lucas 10-11, Juan 20:1-11-18).
En 1968 unos trabajadores de la construcción encontraron accidentalmente en un suburbio de Jerusalem (Givat Ha-Mivtar) una tumba judía que según las investigaciones data del primer siglo AD. Tenía la inscripción en hebreo ‘Jehohanan el hijo de HGQWL’ . Los restos óseos son de un hombre joven, cuyos pies todavía mantienen los clavos usados para su crucifixión. Roma solía aplicar ese castigo a los criminales más viles o peligrosos, por lo que se cree que pudiera tratarse de un delito político.
Yigael Yadin (1917-1984). Arqueólogo israelí en cuya tesis doctoral efectuó la traducción o decodificación de los manuscritos del Mar Muerto.
Junto a miles de voluntarios, Yadin realizó importantes trabajos en Masada, donde en el año 73 E.C. unos 900 judíos se quitaron la vida antes que entregarse a las fuerzas romanas. También dirigió las excavaciones arqueológicas de Meggido y las de las cuevas del desierto de Judea.
Aunque la ciudad de Nínive se mencionaba en la Biblia, no existía ninguna evidencia arqueológica de su existencia, lo que hacía que algunos hicieran referencia a su posible carácter mítico. Sin embargo, en 1847 el arqueólogo británico Austen Henry Layard descubrió el palacio de Senaquerib, que tenía 71
En 1993 se encontró en Tel Dan (al pié del Monte Hermón) una gran estela de basalto con escritura aramea. La inscripción que contiene es de alrededor del año 825 a. C. escrita por el rey Hazael de Aram-Damasco. En ella da cuenta a su padre,
«Nabucodonosor, rey de Babilonia, Guardián de los templos de Esagila y Ezida, primogénito hijo de Nabopolasser, rey de Babilonia».
Durante cierto tiempo (2011) estuvo en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York en préstamo por parte del Museo Vorderasiatisches, Berlín.
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