Suleyman el magnífico |
El Imperio otomano, uno de los más poderosos de la historia, pasó de ser un bastión turco en Anatolia a convertirse en un estado vasto que, en su apogeo, abarcaba hasta Viena (Austria) al el norte, hasta el golfo Pérsico al este, hasta Algeria al oeste y hasta Yemen al sur. El éxito del imperio se debió a su estructura centralizada tanto como a su territorio: poseía riquezas gracias al control que ejercía sobre algunas de las rutas de comercio más lucrativas del mundo y ostentaba poder militar gracias a la impecable organización de su ejército. Pero todos los imperios que ascienden están destinados a caer, y seis siglos después de que el Imperio otomano surgiera en los campos de batalla de Anatolia, se desmoronó de forma catastrófica en el escenario de la Primera Guerra Mundial.
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