Avanza a paso veloz una estrategia para recomenzar el diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela, que tiene un actor impensado hasta hace apenas unos meses: Colombia.
O, en rigor, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien fue recibido con honores por el presidente venezolano Nicolás Maduro el 1 de noviembre en un histórico encuentro en el Palacio de Miraflores en Caracas, donde mantuvieron una reunión privada por más de dos horas.
Luego ambos presidentes fueron escuetos ante la prensa a la hora de comunicar los alcances del encuentro, pero ahora parece quedar claro que el tema del diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana estuvo en la agenda. O al menos así se desprende de las movidas que ejecuta por estas horas el presidente Petro en Europa.
El mandatario colombiano se reunió con su par francés, Emmanuel Macron, en un encuentro donde el tema Venezuela estuvo presente. Petro tiene previsto reunirse con otro visitante a París, el presidente argentino Alberto Fernández, quien también se reunirá con el mandatario francés.
La agencia Europa Press aseguró que en París se dan cita por estas horas “gobierno y oposición en Venezuela convocados por el presidente francés” quien quiere “aprovechar la reconfiguración que se está produciendo en América Latina para forzar a las partes a sentarse a dialogar”. El textual es, claro, de la agencia y no del gobierno francés.
De hecho, voceros de primera línea del gobierno de Venezuela rechazan al instante las presiones, cuando son oficiales. Diosdado Cabello, el número dos del chavismo, rechazó el comunicado del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien exhortó al presidente Nicolás Maduro a reanudar las negociaciones con la oposición.
Arribistas y tiempistas
«¿Y si no nos da la gana? ¿Qué vas a hacer Trudeau? ¿Inmediatamente qué nos vas a hacer? ¡Hay que ser bien gafo (tonto) para hacer esas declaraciones! Exhorta además inmediatamente casi que el presidente Nicolás Maduro salió corriendo de donde estaba para reanudar las conversaciones (ironiza) como si ellos tuvieran que ver algo en eso, si ellos van detrás de la Unión Europea y EEUU ¿Exhortar a quién?», enfatizó Cabello. Queda claro así que el diálogo tiene sus tiempos, y no todos pueden atribuirse algún mérito en haberlo motorizado.
Distinto al intento arribista de Trudeau parece ser la movida de Macron, quien dialogó en una conversación informal (pero que se hizo noticia cuando la difundió a través de varias vías el gobierno venezolano) con el presidente Maduro en los pasillos de la COP27. Allí los dos acordaron seguir conversando.
Mientras, en Francia comienza por estas horas el “Foro de París por la Paz” en que el estará presente el jefe negociador del gobierno venezolano y presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y también el negociador principal de la oposición, el ex alcalde Gerardo Blyde.
Antes de llegar a París, los opositores difundieron un comunicado donde indican la “importancia de obtener resultados (en el diálogo) de forma urgente que permitan atender la crisis social y política sin precedentes”.
Aunque el diálogo está formalmente suspendido desde hace un año, en protesta por la extradición desde Cabo Verde a los Estados Unidos del empresario y diplomático venezolano Alex Saab, los canales de comunicación nunca se suspendieron. En mayo, Rodriguez y Blyde se fotografiaron en los jardines de una residencia colonial en el norte de Caracas, y aseguraron que buscaban “fórmulas de acción para el futuro”. En junio, los dos se reencontraron públicamente en un foro sobre mediación en Noruega. Precisamente ese país es mediador en los diálogos de México.
Petro intercede
Ahora en Caracas se asegura oficiosamente que habrá novedades en el diálogo antes de fin de este 2022. ¿París será el lugar para anunciar la reactivación del diálogo de México? Por ahora está claro que la iniciativa suma actores diversos, con el presidente Petro al frente, quien también en París dijo que los presidentes Biden y Maduro deberían encontrarse. Aunque lo circunscribió a la iniciativa que promueve para salvar la Amazonía, sus palabras -de todo menos casuales- quedaron flotando en el ambiente.
Petro ya viene intercediendo ante la Casa Blanca por el bloqueo de Estados Unidos contra los aviones de la estatal venezolana Conviasa. Esta semana comenzaron los vuelos entre Bogotá y Caracas. Por el lado venezolano, con frecuencias de Turpial, una aerolínea privada; por Colombia voló al aeropuerto Simón Bolívar un avión de la estatal colombiana Satena. El ministro de Transporte venezolano, Ramón Velásquez, que recibió el avión, dijo que seguirán con “paciencia estratégica” esperando los vuelos de Conviasa a Bogotá; y a su lado su par colombiano, Guillermo Reyes, confió en el bloqueo contra Conviasa cederá pronto, y confirmó que el presidente Petro trabaja para eso. Son movidas que deben leerse todas juntas, nunca aisladas.
Por el momento y a la espera de anuncios, parece claro que una eventual reanudación formal del diálogo entre gobierno y oposición venezolana ya tiene nuevos actores, y hay que volver a leerlo en términos de los cambios que se dieron durante este año: la victoria de Petro; la victoria de Lula que reequilibra el continente; la salida con fecha de Juan Guaidó y -por último- los resultados no tan terribles como se pronosticaban (y por eso mismo una suerte de victoria) para los demócratas en las elecciones de medio término en Estados Unidos, que podría acelerar, ya sin la presión de los lobbys partidarios, un acuerdo entre Caracas y Washington, que tiene objetivos claros de lado y lado. Para la administración Biden el acceso al petróleo venezolano en tiempos de reconfiguración energética mundial; para el gobierno de Nicolás Maduro el desescalamiento sostenido del bloqueo.
* Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTV en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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