Joe Biden cumple 80 años el domingo y muy pronto deberá decidir si le queda otra montaña por subir: un segundo mandato presidencial, pese a su baja popularidad por la crisis económica a la que ha llevado el país y porque muchos creen que ya no tiene edad para los trotes de la política.
Por ahora, abundan preguntas sobre si él tiene lo necesario para contender de nuevo por la cima.
Biden, el presidente más viejo en la historia de Estados Unidos, cumple años a una encrucijada, en la que él y su familia enfrentan una decisión en los próximos meses sobre si debe anunciar sus aspiraciones a la reelección.
Si determina correr a la reelección, Biden tendré entonces 82 años y su periodo concluiría cuando tenga 86 años. Ha señalado que si decide postularse lo hará nuevamente con Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos.
Colaboradores y aliados de Biden dicen que él sí planea presentarse a una nueva contienda, pero el presidente ha sonado ambiguo. “Mi intención es presentarme de nuevo”, dijo en una conferencia de prensa esta semana. “Pero yo respeto mucho la suerte”.
“Vamos a analizarlo”, agregó. Sus asistentes esperan que esas conversaciones cobren fuerza durante los feriados de fin de año y no esperan una decisión antes de 2023.
Pasos titubeantes
Observar a Biden trabajando es ver a un líder aprovechar un almacén de conocimiento acumulado durante más de medio siglo en cargos públicos y relaciones personales profundas en el país y en el exterior, su conocimiento de políticas y su familiaridad con la forma en que funciona Washington. Dicho de forma simple, la sabiduría que trae la edad, pero observarlo también es verlo caminar ahora con pasos titubeantes.
Es verle no participar en una cena formal con otros líderes sin una explicación real, como sucedió durante su viaje al extranjero esta semana. Algunos de sus partidarios se apenan cuando él habla, esperando que logre terminar sus declaraciones sin problemas. En ocasiones luce desorientado en los eventos públicos.
La decisión recién anunciada por la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, de 82 años, de dejar ese cargo de liderazgo y permitir que ascienda una nueva generación pudiera influir en las consideraciones de Biden y las de su partido.
Entre las preguntas que genera la decisión de Pelosi, afirmó Kathleen Hall Jamieson, una autoridad en comunicaciones políticas en la Universidad de Pensilvania, está esta: “Incluso si uno es muy competente y exitoso, ¿hay un punto en el que uno debe hacerse a un lado para darle a otros la oportunidad de liderar?”.
Agregó que “la decisión de Pelosi hace esas preguntas más relevantes, en el contexto de la declaración de Biden en 2020 de que él era el puente a una nueva generación de líderes”. Por ahora no se observan líderes sobresalientes capaz de atraer mltitudes dentro del Partido Demócrata. Las políticas hacia la izquierda y extrema izquierda han ocasionado deserciones dentro del partido. Muchos demócratas reconocen que las políticas económicas, la crisis en la frontera y el manejo de la guerra con Ucrania, han sido políticas erradas.
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