Las elecciones legislativas del 8 de noviembre, presenta un precedente muy original por primera vez un expresidente: Donald Trump.
El actual mandatario Joe Biden y su antecesor Donald Trump, han convertido las elecciones parlamentarias en una continuación de los comicios del 2020, y un adelanto de lo que podría ocurrir en el próximo ciclo de 2024. Se trata de un fenómeno casi sin precedentes en la historia de Estados Unidos, porque rara vez un expresidente ha jugado un papel tan relevante en unas elecciones legislativas, ambos candidatos dieron inicio a la campaña electoral en septiembre en Pensilvania, que tiene un significado personal para ambos líderes: Joe Biden y Donald Trump que ganó ese estado en 2016, Biden se lo arrebató en 2020 y, si ambos compiten en las elecciones presidenciales de 2024, Pensilvania podría decidir el vencedor.
Históricamente, los expresidentes dejan la Casa Blanca y desaparecen de la vida pública; pero, Donald Trump se ha negado a reconocer su derrota frente a Joe Biden en los comicios de 2020, y ha seguido emitiendo sus mentiras de fraude electoral. Donald Trump va dejando cada vez más claras sus intenciones: ha señalado recientemente, en un evento de campaña en Iowa, dijo que "muy probablemente" buscará ser candidato a presidenciales de 2024, y pidió a sus seguidores que "se preparen" para ese momento. Solo una vez en la historia reciente otro expresidente, estuvo tan involucrado en las elecciones de medio término. Fue el caso del republicano Herbert Hoover, quien intentó volver al poder pese a haber perdido en 1932 frente al demócrata Franklin Delano Roosevelt y, en las elecciones de medio término de 1934, creía que aún tenía un futuro político por delante.
Qué futuro aguarda al pueblo de los Estados Unidos, con un liderazgo encabezado por Donald Trump y Joe Biden, aun el demente Donald Trump, sigue siendo el líder del partido Republicano, quien es señalado de recaudar millones de dólares para apoyar a los candidatos más cercanos. El liderazgo político en estos momentos de los EE.UU, se corresponde con la decadencia del imperio estadounidense. Todo indica que no hay cambio, es decir continuará la crisis energética, la inflación y la resección.
La próxima elección parlamentaria, en EE.UU, tiene un alcance: se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, y un tercio de las bancas del Senado (34) y además se elegirán gobernadores en 36 de los 50 estados, y miles de alcaldes y otros cargos de gobierno local y regional. De momento, el gobernante Partido Demócrata controla el Congreso por estrecho margen en el Senado requieren el voto de la vicepresidenta Kamala Harris, para conseguir la mayoría, pero las encuestas vaticinan que es muy probable que esa realidad cambie. Los republicanos podrían ser la nueva mayoría en la Cámara Alta, con una probabilidad del 53 %, mientras que en el caso de la Cámara Baja, la probabilidad se eleva a 85 %.
El actual mandatario arrastra una popularidad que no sobrepasa en ningún caso el 40 %, principalmente por causa del encarecimiento del costo de la vida y del riesgo de recesión que se cierne sobre la economía estadounidense, todo ello derivado de la guerra en Ucrania. Que afectaría al partido Demócrata. Estamos en presencia de una derrota para Joe Biden. Estamos en presencia de un resultado cantado que será para el partido Demócrata o Republicano, no hay alternativa todo está en manos de las corporaciones que manipulan al pueblo de los Estados Unidos, que no le permiten pensar, es categórica la pregunta a quien le sirve victoria del 8 de noviembre.
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