El acercamiento a Venezuela que impulsa el presidente de Colombia supone un “golpe muy duro” a EE.UU. que ve fracasada su política de división, según un experto.
“La política de EE.UU. de dividir a estos pueblos [los de Venezuela y Colombia], de utilizar a Colombia como base y como la palanca para la agresión contra la República Bolivariana de Venezuela ha sufrido un golpe muy duro”, aseveró el martes el periodista y analista político Jorge Kreyness en una entrevista concedida a HispanTV.
Venezuela y Colombia han optado por recorrer por el camino del acercamiento, gracias a una gira política en el segundo país con la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia.
En esta línea, el nuevo embajador de Colombia en Caracas, Armando Benedetti, presentó el lunes sus credenciales al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien calificó su encuentro con el diplomático colombiano del “inicio de una etapa de relaciones diplomáticas de hermandad, Paz y respeto” entre las dos naciones.
Se desempeñaba como director del Centro Che, una institución de divulgación del pensamiento del líder revolucionario.
Camilo Guevara March, hijo de Ernesto Che GuevaraVisual China Group / Gettyimages.ru
Camilo Guevara March, el hijo mayor del líder revolucionario Ernesto Che Guevara, murió durante un vuelo en Venezuela, según han reportado varios medios de comunicación.
Tras conocerse la noticia, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, manifestó su pesar a través de su cuenta de Twitter.
"Con profundo dolor decimos adiós a Camilo, hijo del Che y promotor de sus ideas", escribió el mandatario.
Díaz-Canel envió sus condolencias a Aleida March, madre de Guevara March, a su viuda e hijas.
Guevara March, nacido en 1962, era directivo del Centro Che, una institución ubicada en La Habana, que guarda los archivos personales del líder de la Revolución Cubana y que se dedica a la promoción de su vida, obra y pensamiento.
En una entrevista hecha por EFE y publicada en Cubadebate, el abogado de profesión y defensor del legado de su padre, aseveró que la imagen del combatiente argentino había sido comercializada de una forma desproporcionada. En su opinión, esto buscaba desaparecer al Che de su propia historia
La cría de gusanos de seda, el comercio de capullos y la seda ‘cruda’ fueron los principales negocios de Shaki durante la época dorada de la Ruta de la Seda. Hoy en día, la seda y el comercio siguen siendo el núcleo de esta vibrante ciudad.
Cuando se oye hablar de la ‘Ruta de la Seda’, se piensa en los caravasares, posadas tradicionales, al borde de la carretera, para los viajeros. La reportera descubre un par de magníficos ejemplos.
"Ahora mismo, estamos en el caravasar superior. Fue construido en el siglo XVIII. En aquella época había cinco caravasares en Shaki. Pero, en estos momentos, solamente quedan dos. A pesar de que este es el más pequeño, tiene más de 100 habitaciones", declara Qafur Ramizli, experto en protección del patrimonio arquitectónico e histórico de la Reserva de Yuxari Bash.
El desastre de la guerra de Ucrania, hace suponer que Europa ya no es un lugar seguro para inversionistas
El bloque da un 'volantazo' hacia la región y plantea una ofensiva comercial y diplomática para aumentar el compromiso multilateral.
Imagen ilustrativaShutterstock
Durante los últimos años la Unión Europea se ha distanciado de la región latinoamericana, sin embargo, ahora ha vuelto a poner sus ojos en esta parte del mundo debido al avance de las relaciones de los países de esta zona con los gigantes China y Rusia.
Un documento revelado la semana pasada por El País reconoce este distanciamiento y la intención del bloque comunitario de aumentar el compromiso multilateral con esta región, mientras a nivel global continúa la convulsión por el conflicto en Ucrania, la inflación generalizada y la crisis energética, por lo que la UE se plantea una ofensiva comercial y diplomática.
El documento filtrado por el diario español habría sido enviado a los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros para advertir el retroceso de la influencia europea en muchos de los 33 países de la región en beneficio de Moscú y Pekín, que han aumentado tanto su influencia política como el monto de sus intereses económicos.
El avance de China: el gran inversor
China es el gran inversor de la región. Multiplicó su inversión en la zona por 26 entre los años 2000 y 2020, convirtiéndose en el primer o segundo socio comercial más importante de los países de Latinoamérica y Caribe, por delante de la UE y también de EE.UU.
El gigante asiático ya ha logrado desplazar a EE.UU. como primera potencia exportadora, con un 14 % del total mundial, y como primera potencia productora mundial. Además, se calcula que será el mayor importador para 2026.
Las autoridades chinas han impulsado una red de relaciones con otros actores emergentes a nivel mundial, como el foro BRICS (junto a Brasil, India, Rusia y Sudáfrica), la Organización de Cooperación de Shanghái, el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura o la Nueva Ruta de la Seda.
La iniciativa china de la Nueva Ruta de la Seda se inserta en un proceso de transición de la hegemonía mundial y se trata esencialmente en proyecto productivo industrial. Incluye la construcción de infraestructuras como vías ferroviarias, carreteras terrestres o rutas marítimas y aéreas; así como parques industriales y proyectos energéticos que favorecen el desarrollo de los países involucrados.
Desde su propuesta en 2013, más de 100 países se han sumado a esta iniciativa, entre los que se encuentran 21 de los 33 Estados de América Latina y el Caribe, lo que supone un rotundo éxito. Además, Bolivia, Brasil, Chile, Perú y Venezuela son miembros del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras.
El éxito chino se basa en que su estrategia responde al principio de no interferencia en los asuntos internos de otros Estados, el respeto a la soberanía e integridad territorial y a la promoción de beneficios mutuos. Una línea de actuación que la diferencia de las actuaciones de EE.UU. y de sus principales aliados, como la UE.
La importancia de América Latina para esta estrategia se comprende echando un vistazo a los números de la región en conjunto: supone un 8 % de la población global (640 millones de habitantes); el conjunto de su PIB iguala al de la tercera economía mundial; posee el 22 % de las reservas de petróleo del mundo; es la tercera región con mayor tierra cultivable; y contiene una de las principales reservas globales de litio, entre otros datos.
Se estima que el comercio entre China y esta región se multiplicó por 22 tan solo entre 2000 y el 2013, alcanzando en 2021 los 450.000 millones de dólares.
Además, en 2014 se creó el Foro de cooperación entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (China-CELAC), a través del cual comprometió una inversión de 250.000 millones de dólares entre 2015 y 2019, en seis ejes fundamentales: la agricultura, la cooperación energética, la construcción de infraestructuras, la innovación tecnológica, la manufactura, los recursos naturales y la tecnología informática.
Asimismo, China ha establecido ya ocho asociaciones estratégicas con países de la región: Perú, en 2013; Venezuela, en 2014; Argentina, en 2015; con Chile, Ecuador, México y Uruguay, en 2016; y con Brasil en 2017.
En total, desde 2005 China ha destinado al menos 119.000 millones de dólares en préstamos a países y empresas de la región latinoamericana, con Venezuela, con 56.300 millones de dólares que paga mayoritariamente en petróleo, a la cabeza, seguida de Brasil, con 22.000 millones.
Rusia: influencia política
Por su parte, Moscú lleva tiempo intentando fortalecer su influencia en América Latina. El Gobierno de Vladímir Putin se ha acercado a los de países como Brasil y Argentina, y ha estrechado lazos con aliados tradicionales, como Venezuela o Cuba.
Uno de los pilares de la relación comercial entre Rusia y América Latina se fundó tras la anexión de Crimea en 2014. Tras las sanciones impuestas entonces por la UE, Moscú giró la mirada a otras regiones para importar productos, como alimentos, que antes provenían de países del bloque comunitario.
La política ha hecho que la mayoría de la fruta, verdura y carne provenga de países como Argentina, Brasil o Uruguay. En el lado contrario, las exportaciones de Rusia hacia esta región se componen principalmente de petróleo, fertilizantes, carbón o trigo.
En 2020, América Latina exportó a Rusia insumos por valor de algo más de 5.000 millones de dólares (una cifra ligeramente inferior a la de las importaciones), muy alejada de los 66.000 millones de dólares enviados a EE.UU. o los 119.000 millones a China.
En la región, Rusia cuenta con aliados como Venezuela, donde invirtió 6.000 millones de dólares tan solo en 2018. Sin embargo, este no es el principal socio comercial del Kremlin en Latinoamérica, sino que los tres puestos de cabeza están copados por Argentina, Brasil y México.
Además, Rusia es un gran proveedor de armamento de la región. Perú, México, Argentina, Colombia, Venezuela o Uruguay son los países que han realizado las mayores compras en ese rubro.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping, durante una reunión en Pekín, 4 de febrero de 2022.Alexei Druzhinin / AFP
En el plano político, los intentos de Rusia de posicionarse en América Latina son más importantes y la pandemia de coronavirus fue una muestra de estas intenciones.
Mientras otras grandes potencias acaparaban dosis de las vacunas recién desarrolladas, Moscú propició que su inmunizante, Sputnik V, fuese el primero en estar disponible en varios países latinoamericanos. A la par, Rusia lleva años estrechando sus vínculos con los Gobiernos de la región, desde el más amplio espectro político.
La postura europea
En este escenario, Bruselas estaría intentando aumentar su influencia en la región incrementando sus relaciones. Se prevé que el momento más importante sea la cumbre que se celebrará el segundo semestre de 2023 en España.
Para esa fecha, cuando España ostente la presidencia del Consejo de la UE, se reunirán los líderes de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, en una cumbre regional que no se celebraba desde 2015.
Precisamente esta semana el presidente español, Pedro Sánchez, ha iniciado un viaje en el que recorrerá Colombia, Ecuador y Honduras, y en el que se prevé que la preparación de la cumbre del año que viene estará muy presente.
En un mundo multipolar, la Unión Europea pretende reafirmarse en el escenario internacional y volver a ser percibida como un actor importante, para lo que considera importantes las medidas que Bruselas pueda proponer en respaldo a los países latinoamericanos, en sus esfuerzos por superar la crisis económica que ha agravado el conflicto en Ucrania.
Sin embargo, el cambio de ciclo político en el continente no les deja un camino fácil. La reciente elección de mandatarios progresistas, aunado a las reticencias frente a EE.UU. y el fortalecimiento de otras alianzas, pueden ser obstáculos duros de superar para una UE alineada totalmente con la Alianza Atlántica.
Asimismo, el bloque comunitario también tiene que superar la idea preconcebida de un nexo común, vehiculado por los lazos históricos mantenidos sobre todo con España, que cada vez han perdido más importancia.
Así, la UE prepara una suerte de 'reconquista' a Latinoamérica a través de un proyecto del Servicio Europeo de Acción Exterior, que pretende impulsar un plan de inversiones de 8.000 millones de euros para destinarlos a la región.
Sin embargo, en el plano diplomático, tanto China como Rusia llevan la delantera en el sentido y tienen una ventaja innegable: ningún país de la zona puede reprocharles un pasado colonialista.
De hecho, el pasado europeo ha sido puesto en valor por los nuevos líderes de izquierdas, que han llegado recientemente al poder y que han alimentado en la población de nuevo un sentimiento antieuropeo. Algo similar a lo que sucede con EE.UU. por sus prácticas imperialistas.
La distancia con las posiciones hacia el conflicto ucraniano ilustran esta situación, como se vio en julio, cuando el Mercosur se rehusó a que el presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, interviniese por 'streaming' para pedir su apoyo en el conflicto, en plena gira online por los parlamentos y las instituciones europeas.
Más de mil muertos y cerca de un millón de viviendas arrasadas. En Pakistán, las cifras no bastan para describir el desastre provocado por las lluvias monzónicas.
Llevan inmerss en una pesadilla que no hace sino empeorar desde hace dos meses. Este sábado, las autoridades ordenaron evacuar varias localidades del norte del país. En solo un día han perecido, según las autoridades, al menos 119 personas.
"El agua de la inundación llegó a la zona en la que vivo. Vine aquí para poner a salvo a mi ganado -relata un hombre-. Algunos de mis hijos aún siguen en casa. Están subidos a un tejado. Iré a sacarlos de allí en cuanto estén preparadas estas tiendas".
"El año pasado otra inundación destruyó nuestras casas. Las ONG las reconstruyeron. Pero ahora, de nuevo, están bajo el agua. Solo hemos podido salvar nuestras vidas", cuenta otro evacuado junto a sus dos hijos y su mujer.
El Gobierno estima que más de 30 millones de personas se han visto afectadas por estas inundaciones en diferentes puntos de Pakistán.
Este país del sur de Asia es uno de los diez más afectados del planeta por el cambio climático. A principios de año también sufrió una durísima ola de calor.
Venezuela asegura que expande sus cooperaciones científicas con Irán hacia el logro de “una gran alianza científica-tecnológica-industrial”.
La vicepresidenta Sectorial para Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez Ramírez, ha señalado este sábado en un programa televisivo sobre los mecanismos de coordinación que los dos países van a establecer en beneficio de las investigaciones clínicas.
Al respecto, ha declarado que los primeros científicos del laboratorio de células madres del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) han viajado en la misma jornada a Irán en el marco del intercambio técnico y experiencias de investigación con el Instituto Royan de Biomedicina Reproductiva, Biología de Células Madres y Tecnología en el hospital Shariati de Teherán, capital persa. Según la funcionaria, los especialistas regresarán al país suramericano en diciembre.
Jiménez ha informado también de las acciones para celebrar la Feria Científica y Tecnológica Irán- Venezuela, que contará con más de 150 expositores científicos y tecnólogos de Irán, y ha señalado que fechas tentativas para el evento serán presentadas al presidente Nicolás Maduro.
“La feria va viento en popa, tenemos muy buenas noticias que el presidente va a anunciar en los próximos días y que va a ser una oportunidad extraordinaria para una gran alianza científica- tecnológica-industrial”, ha resaltado.
Según Jiménez, Venezuela e Irán cuentan con acuerdos en Ciencia y Tecnología desde 2019, y en estas jornadas crearán “una gran alianza” para el estudio de las plantas medicinales de Venezuela para avanzar en la innobotánica y la farmacognosia.
Teherán y Caracas, cuyos nexos se remontan a los años 60, han fortalecido de manera sustancial sus nexos durante años, pues sus cooperaciones se han enmarcado en iniciativas conjuntas para esquivar las sanciones impuestas por Estados Unidos y catapultar su desarrollo conjunto en varias áreas.
En el marco de su reciente viaje oficial al país persa, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, firmó con su homólogo iraní, Seyed Ebrahim Raisi, un acuerdo de cooperación por 20 años, particularmente en área de ciencia, tecnología, agricultura, petróleo y gas, petroquímicos, turismo y cultura.
China han asumido todos los retos que se le han presentado, guerras, hambrunas, como la pandemia del Covid 19, pero este reto que acaba de superar dejó atónitos a la comunidad científica.
Las expertas piden cautela y advierten de que, aunque los ataques no estén asociados a la comisión de otros delitos, conectan con las “estrategias de adoctrinamiento” a las mujeres mediante el pánico y la sensación de inseguridad en el espacio público.
Aún hay más incógnitas que certezas sobre los pinchazos a mujeres en locales de ocio nocturno que se han acumulado en los últimos días. Se investigan denuncias en hasta nueve comunidades, con Catalunya a la cabeza con una veintena de ellas, mientras la policía aún desconoce las motivaciones que habría detrás de los hechos. De momento, no constan otros delitos asociados como agresiones sexuales o robos, pero el fenómeno en sí y la forma de abordarlo están alimentando el relato del miedo y la sensación de inseguridad con los que las mujeres han sido socializadas desde niñas.
“Necesitamos saber qué pasa en el fenómeno del pinchazo, no sabemos si hay sustancias en determinados casos, pero es un hecho grave porque se nos expulsa de espacios de diversión y ocio donde queremos estar”, ha asegurado este miércoles la ministra de Justicia, Pilar Llop.
Los datos disponibles apuntan a que en Catalunya se han registrado 23 denuncias, seguida de Euskadi, con 12, y otras diez en Andalucía. Se suman las de Cantabria, Aragón, Comunitat Valenciana, Baleares, Navarra y Castilla-La Mancha. En ninguno de los casos, salvo en uno, se han encontrado restos de sustancias químicas en el cuerpo de las víctimas y la mayoría remiten haber sufrido mareos, vómitos o pérdida de control. Aunque hay algún denunciante, la inmensa mayoría son mujeres jóvenes en espacios de ocio, tal y como se reportó ya en otros países europeos como Francia o Reino Unido, donde las autoridades registraron 1.300 denuncias en seis meses.
Palabras como “alarma”, “psicosis”, “ola” o “temor” se han instalado estos días en los titulares que abordan la situación. “Hay que ser muy prudentes a la hora de analizarlo, pero lo que parece que está claro es que hay un sesgo de género y es evidente que se está generando una alarma social, otra vez este fomento del terror sexual que de alguna forma hace que a las mujeres nos lleguen de nuevo los mensajes de peligro en el espacio público y se perpetúe la idea de fragilidad y vulnerabilidad”, señala la psicóloga experta en victimología y violencia sexual, Alba Alfageme.
Coincide con ella Ana Burgos, investigadora de Noctámbulas, un observatorio que estudia la violencia sexual en entornos de ocio nocturno y consumo de drogas. “Independientemente de que haya o no sumisión química, está siendo una estrategia de adoctrinamiento de las mujeres porque nos asusta y nos genera pánico. El objetivo es disciplinar a las mujeres, controlarlas y ordenarlas según el sistema patriarcal lo ha entendido: ellas en el espacio doméstico y sometidas, ellos en el espacio público y libres”, señala la experta, que reclama cautela y esperar a datos concluyentes y al devenir de las investigaciones para no alimentar la alarma.
Para afrontarlo, desde la Federación de Mujeres Jóvenes reclaman que tanto las instituciones como los locales de ocio activen protocolos (que varias comunidades y locales ya han activado) que “pongan el foco en la prevención y en los agresores” con el objetivo de “no generar este pavor en las mujeres a la hora de salir”, explica su presidenta, Ada Santana. “Para ello no hace falta sumisión química, basta con crear miedo, así que debemos reivindicar que los espacios de ocio nocturno son también nuestros y nuestra única preocupación debe ser pasárnoslo bien y no estar preocupadas de si nos van a drogar, a pinchar o a meter algo en la copa”, prosigue.
“Educadas en la pedagogía del miedo”
Lo que las expertas piden evitar es que se contribuya a la alarma social, muy especialmente a través de las coberturas mediáticas. Es lo que la investigadora Nerea Barjola llamó “el relato del terror sexual” tras analizar en profundidad el asesinato de Miriam, Toñi y Desirée en 1992, el conocido como caso Alcàsser. La experta concluyó que, tal y como recuerdan muchas mujeres que eran jóvenes entonces, fue el encargado de difundir a gran escala esa narrativa que acabó determinando pautas de comportamiento para las mujeres en las que hay límites (hacer autostop, salir solas) que no deben cruzarse.
El miedo a una agresión es algo que acompaña a las mujeres desde que son pequeñas. “Avísame cuando llegues”, “¿vienes con alguien?”, “ten las llaves preparadas cuando te vayas acercando al portal” o “ten cuidado con la copa” son mensajes habituales que suelen recibir desde niñas y prácticamente nunca dejan de repetirse.
Alfageme lo denomina “la pedagogía del miedo” en la que “hemos sido educadas”. Y en ese marco sitúan las especialistas los pinchazos. “Aunque de momento los datos que tenemos se refieren a que no hay otro delito asociado, está alimentando esa sensación de inseguridad que en sí misma ya es una forma de violencia estructural patriarcal. Y eso no podemos minimizarlo”.
En la misma línea se expresaba hace escasos días el doctor Guillermo Burillo, coordinador del grupo de Toxicología de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), para el que “las evidencias médicas y las denuncias no nos permiten negar la posibilidad de que estemos ante gente que se dedica a pinchar solo para generar miedo”.
Para Burgos, forma parte de una “violencia global y estructural”: “Las mujeres aprendemos desde pequeñas que somos agredibles, desde cuando los chicos de clase nos levantaban la falda hasta los comentarios recibidos por la calle, tocamientos, agresiones o, como ahora, pinchazos. Son estrategias de control de nuestra libertad y sexualidad”.
Las expertas no niegan la realidad de la violencia machista, pero sí censuran “la normalización” del miedo. “Se llega a decir que es normal que hagamos cosas para aumentar nuestra sensación de seguridad porque nos pasan más cosas, pero eso está naturalizándolo. Y no, no es normal. Estos fenómenos, como los pinchazos, lo que hacen es sumar más artillería a nuestra sensación de inseguridad para que lo aceptemos: ‘Es normal, porque a las mujeres…”, reflexiona Alfageme.
Mirar a todas las violencias
ero ¿cómo hacer para no perpetuar el discurso del terror sexual y al mismo tiempo no minimizar los hechos? “Informando con rigor, siendo prudentes, explicando qué están haciendo las instituciones y diciendo que es normal que las mujeres se puedan sentir así y puedan tener miedo, no solo contabilizando una a una las denuncias”, cree Alfageme.
Burgos asegura que el miedo “es natural”, pero apuesta por poner sobre la mesa “herramientas feministas de gestión del mismo” y mensajes alejados de “ese pánico paralizante que nos domestica” porque “ello no nos informa realmente de los peligros a los que por el hecho de ser mujeres nos tenemos que enfrentar”.
También reivindican las expertas no poner solo el foco en un tipo de violencia y, sobre todo, no sobredimensionarla en relación con otras más invisibles. “Es muy cómodo socialmente hacer crítica a un modus operandi concreto muy espectacular como este, pero obviar u opacar la mayoría de la violencia y, en concreto, la violencia sexual”, explica Burgos. Según datos de un reciente estudio en el que participaron cuatro universidades públicas españolas, el 80% de las agresiones sexuales las cometieron conocidos de la víctima y en seis de cada diez casos los hechos se produjeron en una vivienda.
“Los mensajes de miedo con los que crecemos tienden a poner el foco en lo que hacemos cuando salimos de noche, pero la realidad es que nos pasan muchas más cosas en el trabajo o en casa. Lo que ocurre es que socialmente nos focalizamos en el discurso en espacios de ocio porque conecta más con los mitos que tenemos sobre la violencia y ahí entran en juego los pinchazos, que reproducen muy bien esos mitos: en lugares de ocio nocturno, por parte de desconocidos, descontroladamente…”, cuenta Alfageme, profesora de psicología de la Universidad de Girona y autora de Cuando gritamos nuestros nombres (Univers).
Por contra, prosigue la experta, “debemos trabajar la pedagogía de la seguridad”: “Esto puede pasarnos, pero está la otra realidad, tan invisibilizada, que no es el espacio público, y que además nos han dicho que es un espacio seguro. Si no nos centramos en todos los tipos de violencia, estamos de alguna forma alimentando ese mito patriarcal de que los agresores son los otros, aquellos que no nos conocen, y no tu padre, tu vecino o tu novio. Si no abordamos toda la película y nos quedamos solo con un fotograma, difícilmente podremos identificar y enfrentar toda la estructura violenta con las mujeres”, subraya la psicóloga.
Ha decretado el presidente galo, Emmanuel Macron, el “fin de la abundancia” (ver aquí). Y enseguida ha despertado un debate tan interesante y oportuno como cargado del veneno de las trampas del lenguaje. ¿Qué entendemos por “abundancia”? ¿Quiénes deben renunciar a “la liquidez sin coste”? ¿Quiénes deben decir adiós a “los productos y tecnologías que nos parecían permanentemente disponibles”? “No cedamos a la demagogia”, concluía Macron, y en esto último uno no puede sino darle toda la razón. El problema, creo, es la base previa de su reflexión, todo un ejercicio de premeditada ignorancia, de cinismo o –precisamente– de pura demagogia.
Me explico (o al menos lo intento).
Decidir que veníamos viviendo una era “de la abundancia” es desenfocar la realidad o mirarla con las gafas del clasismo socio-económico o el sectarismo político. Si echamos un vistazo a las estadísticas oficiales sobre desigualdad o sobre riesgo de pobreza, Francia (como España) asiste impotente o pasiva al crecimiento de la brecha: uno de cada cinco ciudadanos o ciudadanas vive al borde de la pobreza extrema (ver aquí). Y la frontera ya no es el hecho de tener o no tener empleo: el número de trabajadores pobres se multiplica, en paralelo al crecimiento de la precariedad, la temporalidad, la inseguridad en el empleo.
De modo que esa “era de la abundancia” la vivía (y la sigue viviendo) un porcentaje mínimo de la población europea, un conjunto demográfico a pesar de todo privilegiado, sí, respecto a lo que ocurre en la mayor parte del mundo, pero en cualquier caso una absoluta minoría. Baste como ejemplo el siguiente dato: el número de milmillonarios ha crecido tras la pandemia y la guerra de Ucrania, al tiempo que también se disparaba el porcentaje de ciudadanos arrastrados a la pobreza (ver aquí).
Para ir al grano, existen (al menos) dos formas de enfocar la realidad de la crisis múltiple que afrontamos (la energética, la climática y la de la inflación). Una es la que propone Macron, muy en línea con los remedios neoliberales ya conocidos en anteriores crisis: vienen curvas, así que apretémonos todos el cinturón, practiquemos una “austeridad” generalizada que en realidad sólo practican (o practicamos) quienes nos vemos obligados a la misma. Y dos: ¿qué tal si nos planteamos abordar esa brecha de desigualdad galopante, en la que quienes más tenían multiplican su patrimonio mientras los pobres se hacen más pobres y las clases medias (base objetiva históricamente de todo cambio social o revolucionario) se estrechan en un goteo supuestamente imparable hacia la pobreza extrema?
Decidir que veníamos viviendo una era “de la abundancia” es desenfocar la realidad. Si echamos un vistazo a las estadísticas, Francia (como España) asiste impotente al crecimiento de la brecha de desigualdad
Asistimos a un bombardeo de datos y supuestas noticias sobre la hiperinflación. Pero muy raramente se ponen los focos en el origen de la misma: el 83% procede de los beneficios empresariales y sólo el 13,7% de los salarios (ver aquí). Expresado de otra numérica forma: la cifra de negocios empresariales lleva 16 meses consecutivos al alza, mientras los salarios acumulan una subida de apenas el 2,6% en 2022 (ver aquí).
Pero si a la ministra de Trabajo se le ocurre decir (ver aquí) que hace falta “más que nunca” subir el Salario Mínimo, digan lo que digan las patronales, hay sectores políticos, económicos y mediáticos que se echan las manos a la cabeza pronosticando poco menos que el fin del mundo o al menos de la “era de la abundancia”. Convendría empezar a retratar con un poco más de profundidad a la clase empresarial española y a sus altos representantes, que no pierden oportunidad para culpar a las izquierdas, los sindicatos y los trabajadores de todos los males que nos acechan. Y uno se pregunta si en algún momento será oportuno preguntarse por qué la única propuesta que tienen todos esos influyentes sectores para afrontar cualquier crisis es la receta de la “austeridad”. ¿La austeridad de quiénes? ¿De los asalariados? ¿De los pluriempleados? ¿De los millenials? Porque está aún por comprobarse una sola ocasión en la que ante una crisis económica local o global no se produzca lo que los profesores Antonio Ariño y Joan Romero denominaron con lucidez “la secesión de los ricos”.
¿Fin de la abundancia? Bienvenido sea. Se ha repetido hasta la saciedad la respuesta que supuestamente le dio el líder socialdemócrata sueco Olof Palme a un dirigente de la revolución portuguesa que explicó la misma como instrumento para «acabar con los ricos». «Pues en mi país lo que queremos es acabar con los pobres», habría contestado Palme de inmediato. Hoy, cualquier demócrata progresista debería recordar a Palme y tomar la palabra a Macron para matizarle: se acabó la era de la abundancia, vale. Intentemos ahora poner fin a los excesos obscenos y luchemos por reducir la desigualdad y la injusticia fiscal. Es una clave de bóveda del cambio de época y quizás la única forma de fortalecer la democracia.
Cuando Rusia intervino en Ucrania, desde los medios occidentales pedían el alineamiento de América Latina con las decisiones tomadas por EE.UU. y la Unión Europea.
Ahora, ese “pedido” se tradujo en algo más explícito, con Zelenski solicitando a los países de la región que corten los lazos comerciales con Rusia.
Mientras tanto, hay quienes están sacando buenos dividendos en torno a la crisis en Ucrania y lo que menos les interesa es que la guerra se termine: a la cabeza de ellos, Estados Unidos y los fabricantes de armamento. De hecho, Washington ya ha anunciado el envío de otro paquete de “ayuda” militar.
El lucrativo negocio de prolongar las guerras | El Frasco, medios sin cura - YouTube https://t.co/5ayW3kQhPL