un atípico video, grabado por ella misma, quien fuera la presentadora del canal 'Ahí les va' y de la cadena rusa 'RT', Inna Afinogenova, reapareció confirmando que ya no trabaja más para el canal.
En el video, subido a YouTube, la expresentadora reflexionó sobre las consecuencias de la guerra en Ucrania y la cobertura de los medios de comunicación, y se declaró "abiertamente en contra del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia".
Afinogenova confirmó que había terminado su relación laboral con el canal ruso porque no estaba de acuerdo con el conflicto. “Nunca he estado de acuerdo con ninguna guerra porque sé, y lo sé por haberlo sufrido en carne propia, que afectan por encima de todo a la población civil, y sé cómo afectan a la población civil, por muy precisos que digan que son los ataques”, informó.
Hitler apoyó al sionismo y la invención de Israel: Hitler – fundador del nazismo, una ideología de supremacía racial segregacionista de fuerte sesgo antisemita, considerado tal vez el peor enemigo de los judíos y que llevó a una de las peores masacres de la historia – en sus comienzos como gobernante de Alemania apoyó decisivamente al sionismo, la expulsión de los judíos alemanes a Palestina y la invención de la entidad sionista.
El presidente de la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional (AN), Ángel Rodríguez, aseguró que las autoridades venezolanas se encuentran haciendo mantenimiento a las termoeléctricas del Occidente debido a los cortes eléctricos en varias regiones.
Durante una entrevista concedida a Unión Radio (UR), Rodríguez prevé que las fallas no deberían tardar más de 3 o 4 días porque las capacidades técnicas y el suministro de equipos han mejorado en el sector eléctrico.
"Vamos a tener una estabilidad del suministro de gasolina en el país, estamos en un promedio de los 130 mil barriles de combustible diario, y en la producción de petróleo estamos entre 1 millón y 950 mil barriles diario", agregó.
Por otra parte, señaló que la medida de pasar el pago de la gasolina subsidiada al sistema BiopagoPDV "va dirigida a ajustar los efectos negativos que genera la venta ilegal y el burocratismo, porque a estas alturas deberíamos estar observando que no existan las colas kilométricas fuera de Caracas".
"El año pasado nadie daba medio por la industria petrolera, decían que había que empeñar medio país para rescatar la producción", explicó.
De igual manera, Rodríguez estimó que la producción diaria de dos millones de barriles de petróleo para finales de año. "Hubo conversaciones con EE. UU. y deben haberse llegado a ciertos acuerdos", agregó.
También dijo que si se suspenden las sanciones estadounidenses, el flujo de los recursos con la participación activa de empresas en la faja, va a acelerar el proceso.
"Si comienzan a llegar las empresas con inversiones importantes, se alcanzaría la meta de los dos millones de barriles en el último trimestre del año".
Finalmente, reiteró que la Ley Antibloqueo le permite al Ejecutivo tomar cualquier decisión que garantice los derechos de la población venezolana, por lo que destacó que "sin participación de la empresa privada en el rubro hidrocarburos, no hubiésemos llegado al millón de barriles" en el año 2021.
"En este momento hay una participación privada en el sector hidrocarburos, activando pozos, reparando plantas, refinerías, etc y trayendo tecnología", concluyó.
El redactor jefe de la revista Russia in Global Affairs, Fiódor Lukiánov, ha analizado cómo China, países de Oriente Medio y de la zona postsoviética podrían actuar frente a la crisis ucraniana.
Sputnik
El operativo militar ruso en Ucrania abrió un espacio para la inestabilidad en todo el mundo, opina el redactor jefe de la revista Russia in Global Affairs, Fiódor Lukiánov.
Mientras EE.UU. lleva a cabo acciones para aislar a Rusia, el éxito de esta política "depende en gran parte en la medida en que China estará lista para unirse a ella", dijo el experto en una entrevista con el semanario Argumenty i Fakty. En estas condiciones, cabría esperar que Washington prometería algo a Pekín para que retire su apoyo a Moscú, pero "en todas las declaraciones que hacen en Washington se habla solo de amenazas".
"Creo que esto no ocurre en parte porque Estados Unidos en realidad considera a China como la amenaza principal y su futuro principal rival, por consiguiente, no quieren reforzar sus posiciones de ninguna manera. Hay prácticamente un consenso bipartidista en EE.UU. de que China debe ser contenida y no se le puede de ninguna manera prestar asistencia en el ámbito del desarrollo. Si la Administración trata de poner a China de su lado para trabajar contra Rusia, provocará la resistencia interna de quienes creen que […] el enemigo principal es Pekín", explica.
"Los estadounidenses están tratando de influir en China de la misma manera que antes intentaron influir en Rusia, es decir, exclusivamente por medio de la presión. […] Creo que tal táctica difícilmente funcionará con China", resalta Lukiánov.
Comentando la importancia del apoyo de China a Rusia en sus acciones para aliviar el efecto de las sanciones, Lukiánov sostiene que no son solo sanciones, sino "un acto de guerra económica, muy duro, incluso se podría decir un nuevo tipo de guerra mundial". "Y, de hecho, la participación o no de China en esto es absolutamente fundamental para Rusia. No debemos disimular o engañarnos: si, por alguna razón propia, China decide que es más rentable para ella complacer a EE.UU. en este caso, la situación de Rusia empeorará repetidamente. No hay duda de esto", destacó.
El experto pronosticó que Pekín adoptará una posición neutral hasta otoño, cuando el presidente chino, Xi Jinping, sería reelegido para un tercer mandato. Después de esa fecha, el liderazgo chino podría tomar "decisiones estratégicas", afirma.
En ese contexto, Lukiánov reiteró que las acciones de China "están guiadas exclusivamente por sus propios intereses". "El apoyo a Rusia también está relacionado con sus intereses, incluidos los a largo plazo: su evaluación de cómo el mundo va a seguir desarrollándose y qué postura es más rentable adoptar", indicó. "China parte de que el enfrentamiento con EE.UU. es inevitable. Ya sigue en curso y va a solo agravarse. Y China necesita que, en este enfrentamiento, Rusia sea, como mínimo, una retaguardia segura e, idealmente, una parte de este enfrentamiento de su lado", precisó.
En lo que respecta a la posición de Rusia en caso de que China siga sin sumarse a la presión occidental, Lukiánov advierte que Moscú correría el riesgo de pasar a depender de Pekín. "Antes de la crisis de Ucrania, su fase aguda, Rusia tenía cierto margen de maniobra. Ahora no queda". Como resultado de ese apoyo, "Rusia tendrá que depender mucho de China en muchos asuntos, tanto en la economía como en la tecnología y en asuntos militares", prevé el experto. Esta dependencia reduciría la libertad de acción de Moscú también en Asia y le haría "apoyar los reclamos territoriales de China en el mar la China Meridional". Asimismo, esto provocaría un creciente distanciamiento entre Rusia y la India, país que ya "está migrando hacia EE.UU.".
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo de China, Xi JinpingKremlin Press Office/Handout/Anadolu Agency / Gettyimages.ru
"No será posible lograr un boicot total contra Rusia"
Al mismo tiempo, hay más actores que podrían estar interesados en el fracaso de las sanciones de Occidente contra Rusia.
Según Lukiánov, si Rusia, en esta situación "extremadamente difícil y sin precedentes para ella misma" resiste y logra sus objetivos, "será un cambio muy serio que catalizará un proceso que ya comenzó hace algún tiempo". "Es la pérdida por parte de Estados Unidos y Occidente del dominio monopólico en los asuntos mundiales. Si esto sucede, ¿por qué los países árabes, América Latina y Asia deberían tomar partido aquí?", pregunta Lukiánov y supone que "no será posible lograr un boicot total contra Rusia".
En particular, el analista indica que los países del golfo Pérsico tienen "absolutamente su propio juego". Tras años de desestabilización de las relaciones entre Arabia Saudita y EE.UU., la orientación tradicional hacia Washington en la región "está ahora muy lejos de lo que era hace 15 o 20 años". Esto, junto con el aumento de la influencia de Moscú en Oriente Medio, hace que los países del golfo estén menos dispuestos a aceptar sin cuestionamientos las políticas de Washington, aunque no hay indicios de que vayan a romper "por completo" con EE.UU.
"Una era de inestabilidad"
En cuanto al espacio de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Lukiánov pronostica que, tras el conflicto entre Rusia y Ucrania, "se puede temer una explosión en cualquier lugar".
"El mundo ha entrado en una era de inestabilidad, con la que ni siquiera se puede comparar todo lo que observamos durante la pandemia, durante las convulsiones de los años 2000 y 2010", señaló el experto.
El analista citó como ejemplo el caso de Nagorno Karabaj, una autoproclamada república de mayoría armenia enclavada en territorio azerbaiyano que ya fue escenario del conflicto bélico armenio-azerbaiyano en otoño del 2020. En este caso, hay que mirar a Ankara, "ya que Turquía es ahora la potencia clave en esta parte del mundo", advierte y señala que Ereván ya ha emitido señales de su disposición a normalizar las relaciones con los países vecinos.
"Vemos cómo, en el contexto de lo que está sucediendo en Ucrania, Armenia está tratando de usar la situación para normalizar las relaciones con Turquía y Azerbaiyán. Así es como intentan asegurarse, porque tampoco están seguros de qué pasará con Rusia y Karabaj si las cosas no salen como queremos en Ucrania", indica Lukiánov.
Asimismo, el experto cree que "no hay razón para esperar" que los países postsoviéticos "tomen y sigan la línea rusa" en cuanto a Ucrania y las repúblicas del Donbass.
"En mi opinión, no se debería exigir que estos países reconozcan las acciones que Rusia realiza por sus propias razones solo porque somos socios", sostiene y llama a no poner a los países de la CEI "en una posición en la que tengan que elegir entre la lealtad a Moscú y lo que categóricamente no quieren hacer y consideran incorrecto".
"Pero podemos y debemos esperar que no participen en ninguna configuración antirrusa. E incluso exigirlo", concluyó.
El número de asesinatos ocurridos este fin de semana en la nación centroamericana superó la cifra de 76 decesos.
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La Asamblea Legislativa de El Salvador decretó este domingo un régimen de excepción con el objetivo de frenar un "incremento desmedido" en el número de asesinatos adjudicados a las pandillas.
El organismo suspendió por un período de 30 días la libertad de asociación, derecho de defensa, plazo de detención administrativa, inviolabilidad de la correspondencia y telecomunicaciones.
Previamente, el presidente Nayib Bukele solicitó a la Asamblea Legislativa que se decretara el "régimen de excepción, de acuerdo al artículo 29 de la Constitución de la República". El nuevo brote de violencia orilló al presidente salvadoreño a reunirse en la madrugada del sábado con su gabinete de seguridad y el fiscal general, Rodolfo Delgado, informó la Policía Nacional Civil (PNC).
El sábado fue el día más violento de la historia de la nación centroamericana, tras contabilizarse un total de 62 homicidios en medio de una escalada iniciada el viernes, jornada en la que se registraron 14 muertes violentas. El número de asesinatos ocurridos este fin de semana superó los 76.
La PNC, citada por EFE, destacó que la mayoría de los homicidios se registraron en las localidades de La Libertad y San Salvador, y que entre las víctimas se encontraban dos integrantes de la pandilla criminal de la Mara Salvatrucha (MS13).
En agosto de 2015, se suscitaron 51 homicidios en un día en El Salvador, la cifra más alta registrada en el país después de la finalización de la guerra civil, ocurrida entre 1980 y 1992.
En noviembre de 2021, la nación centroamericana registró un alza en el número de asesinatos que dejó más de 40 muertos en tres días. En ese entonces, el presidente Bukele atribuyó que la situación se debió a un complot de "fuerzas oscuras que están trabajando para que volvamos al pasado", y aseveró que el Gobierno que encabeza no lo iba a permitir.
¿Qué significa la letra "Z" escrita en tanques rusos y por qué se ha convertido en símbolo de apoyo a la guerra?
GUERRA EN UCRANIA |08.03.2022
Si bien existen muchas teorías sobre el significado de esta letra, la "Z" es ahora mismo un símbolo de apoyo a soldados que comenzó a aparecer por todas partes en Rusia.
Desde el inicio de la intervención del Kremlin en Ucrania, la letra "Z" de los vehículos militares rusos se ha convertido en un símbolo muy presente en el espacio público en Rusia: desde coches hasta en el esmalte de uñas.
La "Z" (una letra del alfabeto latino que no existe en el cirílico usado en Rusia), aparece en Ucrania con el objetivo de distinguir a las unidades militares rusas de las ucranianas, que usan equipamiento muy parecido.
En el centro de Krasnodar se ve a un agente de la policía de tráfico; al fondo, un cartel con la leyenda "Por nuestro pueblo" y la letra "Z" que expresa el apoyo a la guerra en Ucrania.
La "Z": pasiones a favor y en contra
Si bien existen muchas teorías sobre el significado de esta letra, la "Z" es ahora mismo un símbolo de apoyo a los soldados, que levanta pasiones a favor y en contra.
Pero esta señal para evitar el fuego amigo se han convertido en un símbolo que comienza a verse en los coches en Moscú, en la ropa o en los perfiles de las redes sociales. Algo que las autoridades parecen alentar.
Mirando los medios corporativos, a menudo escuchamos la palabra “oligarca” precedida por el adjetivo “ruso”. Pero los oligarcas no son solo un fenómeno ruso ni son un concepto extranjero. Claro que no. Estados Unidos tiene su propia oligarquía.
Hoy, en los Estados Unidos, las dos personas más ricas poseen más riqueza que el 42 por ciento inferior de nuestra población (es decir, más de 130 millones de estadounidenses) mientras que el uno por ciento más rico ya posee más capital que el 92 por ciento de la población. Durante los últimos 50 años hubo una transferencia masiva de riqueza en nuestro país, pero en la dirección equivocada. La clase media se está reduciendo, mientras que a los de arriba le está yendo mejor que nunca.
Además, en términos de la economía global, no hay duda de que estamos viendo un aumento enorme y destructivo en la desigualdad de ingresos y de acumulación de riqueza. Mientras que las personas muy, muy ricas se vuelven mucho más ricas, la gente común tiene dificultades para subsistir y los más desfavorecidos se mueren de hambre.
Si bien existían niveles masivos de desigualdad antes del surgimiento de COVID, esta situación ha empeorado mucho en los dos últimos años.
Hoy, en todo el mundo, los diez hombres más ricos poseen más riqueza que 3.100 millones de personas, casi el 40 por ciento de la población mundial. Increíblemente, la riqueza de estos diez multimillonarios se ha duplicado durante la pandemia, mientras que los ingresos del 99 por ciento de la población mundial han disminuido.
Los oligarcas gastan enormes cantidades de dinero en lujosos yates, mansiones y obras de arte, mientras que 160 millones de personas en todo el mundo se han hundido en la miseria. Según Oxfam (“Comité de Oxford contra la hambruna”), la desigualdad global de ingresos y riqueza causa la muerte de más de 21.000 personas por día en todo el mundo como resultado del hambre y la falta de acceso a la atención médica. Sin embargo, los 2.755 multimillonarios del mundo vieron aumentar su riqueza en 5 billones de dólares (5 trillones en inglés) desde marzo de 2021, pasando de 8,6 billones a 13,8 billones de dólares.
Pero no se trata solo del aumento de la brecha de ingresos y riqueza entre los muy ricos y el resto del mundo. Es una creciente concentración de la propiedad y el poder económico y político. Algo de lo que no se habla mucho, ni en los medios ni en los círculos políticos, es la realidad de que un puñado de firmas de Wall Street, Black Rock, Vanguard y State Street, ahora controlan más de $21 billones en activos, suma equivalente a todo el PIB de los Estados Unidos. Esto le da a un pequeño número de directores ejecutivos un enorme poder sobre cientos de empresas y sobe la vida de millones de trabajadores. Como resultado, en los últimos años hemos visto a los ultrarricos aumentar significativamente su influencia sobre los medios, la banca, la atención médica, la vivienda y muchas otras partes de nuestra economía. De hecho, nunca antes tan pocos poseyeron y controlaron tanto.
Todo esto no es otra cosa que una fuerte tendencia hacia la oligarquía en nuestro país y en el mundo, donde un pequeño número de multimillonarios ejercen un enorme poder político y económico.
Entonces, en medio de esta realidad, ¿hacia dónde debemos dirigirnos?
Claramente, mientras enfrentamos la oligarquía, el COVID, los ataques a la democracia, el cambio climático, la horrible guerra en Ucrania y otros desafíos, es fácil comprender por qué muchos caen en el cinismo y la desesperanza. Sin embargo, este es un estado mental que debemos superar, no solo por nosotros mismos, sino también por nuestros hijos y las generaciones futuras. Hay demasiado en juego y la desesperación no es una opción. Debemos unirnos y luchar.
Lo que la historia siempre nos ha enseñado es que el cambio real nunca ocurre de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba. Esa es la historia del movimiento laboral, de la lucha por los derechos civiles, por los derechos de la mujer, de los gays y por la protección del ambiente. Esa es la historia de cada esfuerzo que ha producido un cambio transformador en nuestra sociedad.
Esa es la lucha que debemos librar hoy.
Debemos unir a la gente en torno a una agenda progresista. Debemos educar, organizar y construir un movimiento popular que ayude a crear un tipo de nación y un mundo basado en los principios de justicia y solidaridad, no en la codicia y la oligarquía.
Nunca debemos perder nuestro sentido de indignación cuando tan pocos tienen tanto y tantos tienen tan poco.
No debemos permitir que nos dividan por el color de nuestra piel, por el lugar donde nacimos, por nuestra religión o por nuestra orientación sexual.
La mayor amenaza de la clase multimillonaria no es simplemente su riqueza y su poder ilimitados, sino su capacidad para crear una cultura que nos hace sentir débiles y desesperanzados y así disminuir la fuerza de la solidaridad humana.
Ahora, como resultado de la horrible invasión rusa de Ucrania y del extraordinario valor y solidaridad del pueblo ucraniano, los países de todo el mundo se están dando cuenta de que se está produciendo una lucha mundial entre la autocracia y la democracia, entre el autoritarismo y el derecho de las personas a expresar libremente sus opiniones.
Ahora es el momento de construir un nuevo orden global progresista que reconozca que cada persona en este planeta comparte una humanidad común y que todos nosotros, sin importar dónde vivamos o el idioma que hablemos, queremos que nuestros hijos crezcan sanos, tengan una vida digna, una educación y puedan respirar aire puro y vivir en paz.
Lo que estamos viendo ahora no es solo la increíble valentía de la gente en Ucrania, sino miles de rusos que han salido a las calles para exigir el fin de la guerra de Putin en Ucrania, sabiendo que es ilegal hacerlo y que probablemente serán arrestados por ello.
También hemos visto el coraje de los trabajadores aquí en nuestro país que se unen para enfrentarse a la avaricia empresarial y organizarse por mejores salarios, beneficios y condiciones de trabajo.
Hermanas y hermanos, en este momento estamos en una lucha entre un movimiento progresista que se moviliza en torno a una visión compartida de prosperidad, seguridad y dignidad para todas las personas, contra uno que defiende la oligarquía y la desigualdad mundial masiva de ingresos y riqueza.
Es una lucha que no podemos perder; es una lucha que podemos ganar, siempre y cuando estemos unidos.
En solidaridad,
Bernie Sanders
Nota de Rebelión: En la imagen, Elon Musk (izquierda) y Jeff Bezos (derecha), los dos oligarcas más adinerados de EE.UU.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.