06 enero 2022

Viaje a la ermita de Macario Colombo, el pintor venezolano que vive encerrado desde hace más de 50 años por voluntad creadora

Por: RT

Sus pinturas muestran controversia, fantasía, mitos y visiones filosóficas sobre la vida y la muerte, con acento en la melancolía, el terror y el drama.

Macario Colombo junto a su pintura "El juego de la vida y la muerte", en Barquisimeto, Venezuela, el 29 de diciembre de 2021Orlando Rangel Y. / RT en Español

Tiene más de 50 años encerrado en su casa por una necesidad interna que lo hace pintar casi a diario. Su nombre es Macario Colombo Aldana, un creador venezolano nacido en la Sierra de Baragua del estado Lara, al occidente de Venezuela, que se caracteriza por mostrar una obra de alto contraste que ha ganado reconocimiento nacional e internacional.

El arte de Macario ha logrado transcender las fronteras venezolanas y sus obras se encuentran en países como Rusia, Italia, Grecia, España, Alemania y EE.UU. Algunos coleccionistas buscan sus piezas llenas de fantasías, mitos, controversia y visiones filosóficas sobre religión, cristianismo, el origen de la vida y la muerte, con un profundo acento de melancolía, terror y drama.

RT se trasladó hasta Barquisimeto, conocida como la capital musical de Venezuela, en el estado Lara, para conocer la historia de este pintor autodidacta, sus obras y el particular estilo de vida que escogió desde 1970.

"Yo vivo por y para la pintura, sin la pintura yo creo que no sería nadie. Soy Macario Colombo y me conocen así, por lo que yo he hecho con la pintura o ella ha hecho por mí", explica el artista que incluso hace el montaje de los cuadros y los lienzos.

Una infancia feliz

Colombo nació el 20 de junio de 1946. Sus padres fueron Susana del Carmen Colombo Aldana y Quirico Enrique Cordero. Él cuenta que tuvo una infancia feliz a pesar de la pobreza, ya que siempre pudo jugar con plena libertad.

Su imaginación le permitió disfrutar al máximo esa etapa de su vida y fue a los 12 años cuando hizo su primera pintura: la fachada de la casa del frente de su hogar en Baragua. "Mi hermano me dijo que la guardara porque ya esa casa no existe. Fue mi primer dibujo y ahí comenzó esa necesidad de pintar, casi biológica o patológica, que llevo por dentro".

Por la necesidad de que la familia viviera mejor, los padres de Macario decidieron abandonar Baragua, pasar por Carora y luego instalarse en Barquisimeto. "Llegamos aquí y desde entonces estoy pintando. En principio me tocó trabajar haciendo instrumentos y así era que nos ganábamos la vida, siempre fuimos pobres".

"Lo de hacer instrumentos viene de los Aldana, del viejo Luis Aldana y por eso mi mamá, que era la que mandaba en la casa, nos inculcó eso de fabricar instrumentos. Yo hago mandolinas, violines, cuatros, guitarras y hasta arpas. Entonces, mi papá aprendió de mi mamá e instaló el taller y la gente del Salón Mixto nos compraba, así fue que enfrentamos la pobreza y podíamos tener para la comida", comenta.

El encierro y la pintura

Macario cuenta que al principio, por cuestiones de tiempo, solo dedicaba a la pintura un día a la semana, los domingos. Sin embargo, la necesidad de pintar lo hizo a entrar en una vorágine creadora que lo encerró en su cuarto para expresar todo lo que surgía de su imaginación.

"Yo sentía que si no pintaba me iba a enfermar, era algo que me decía que pintara, que tenía que hacerlo. Eso es como una especie de locura creativa, la necesidad de expresión, que las manos dibujen eso que la mente se imagina, a veces desde la oscuridad, y que termina en un lienzo".

Así fue como Macario se abstrajo en su imaginario. "Me fui quedando en la casa y mi mamá era la que sacaba mis trabajos a la calle, los vendía o los dejaba en un lugar para que los vendieran. Mucha gente llegó a decir que yo estaba loco y no los culpo, es difícil que entiendan".

"Yo también llegué a pensar en un momento que me estaba volviendo loco, porque estaba tan dentro de mi imaginación y de las pinturas, que filosofando decía: '¿será que he muerto y mi espíritu utiliza mi cuerpo para esto?'. Por eso, como vivo encerrado, tengo que estar activo, eso me lo recomiendan los psicólogos. Me pongo a drenar con la pintura, la escultura o los instrumentos".

Las etapas de su obra

Macario explica que su obra tiene varias etapas, una de las "más bellas, oscuras y dramáticas" fue la que lo llevó a realizar decenas de pinturas enfocadas en lo que el llama "Los fantasmas del molino de Baragua", una colección inspirada en los mitos que escuchó cuando era niño y que trasladó en imágenes que le impactaron durante su infancia, cuando vivía en su pueblo natal.

La otra etapa es sobre deidades o el cristianismo. "Yo veo a Cristo como un hombre que sufrió, de carne y hueso, no metafísico. Él fue como nosotros, no como ese ser superior o de la iglesia, lo veo como alguien que vivió, que sintió dolor, que fue bueno, pero la gente lo maltrató y se hizo eterno".

"Tengo otra etapa más filosófica en la que planteo que el hombre viene del hongo y que va haciendo una metamorfosis hasta hacerse adulto, como nos vemos nosotros, pero sigue teniendo hongos en sus costados porque somos imperfectos. Nadie es perfecto, todos tenemos algo de malo y algo de bueno, como la vida, que no podría ser vida sin que exista la muerte".

Macario dice que su obra ha sido alabada por muchos y criticada por personas que dicen que no tiene valor. "Hay gente que me quiere y gente que no. Hay muchos que se han dedicado a replicar mi trabajo, a copiarlo, violando mis derechos de autor, y los venden como si fueran míos, se lucran".

El dinero y la pintura

Sobre la venta de sus pinturas, el artista dice que no le interesa lidiar con ese asunto. "Esas cosas no me gustan, ni los horarios. Eso me fastidia. Yo pintando es que me siento libre. Hay días en que no he pintado y cuando llega la noche me da por ponerme a trabajar y puedo durar toda la madrugada".

"Aquí llegan queriendo comprar mis pinturas, pero eso no me apasiona, por eso vivo así, con lo fundamental. A mí lo que me llena y me da felicidad es la pintura, yo no le sé poner precio a mis pinturas, eso lo hace mi hija, que se encarga de eso, y lo que dicen los coleccionistas".

Macario dice que pensar en el dinero envenena a las personas y las vuelve codiciosas. "Hay gente que se pierde por la avaricia, yo no, yo soy un hombre feliz pintando, que no le hace daño a nadie, que no le gusta la violencia, que cree que la mujer es algo maravilloso y que nos da la vida. Así veo la vida, sencilla, sincera, sin tanto lujo y sin mentiras". 

Agrega que su obra también está llena de amor. "El amor sagrado es el que se le tiene a los hijos, y eso a su vez, viene viene del amor profano, del amor que uno tuvo con una mujer y salió un hijo, ahí se unen ambos amores, por eso el universo está hecho de amor".

El amor sagrado

Macario comenta que estuvo casado y su exposa sigue siendo su amiga "aunque se enamoró de otro hombre, uno bueno". Con ella tuvo tres hijos, dos hembras y un varón.

"El varón murió porque se fue por el mal camino, las drogas y las armas. Su muerte ha sido la mayor desgracia que yo he sentido. Lo quise salvar con la pintura, pero el prefirió lo malo. Él me decía que yo era un cobarde porque no me gustaba la violencia y yo le respondía que la mejor guerra era la que no se daba, que el cementerio estaba lleno de valientes".

"Mi otra hija, la que no vende, es la más tranquila, ella siempre viene y me visita, está pendiente de mi", dice Macario, quien cree que el amor por la familia es el más sagrado y para disfrutarlo, lo mejor es estar siempre sobrio.

"Por eso soy abstemio, para estar consciente de lo que siento y hago. Nunca he bebido, ni fumo, ni uso drogas. Un pintor no necesita de esas cosas, la mente y la imaginación son tan poderosas que cuando uno se deja llevar, las cosas que salen son poderosísimas y auténticas".

"Para mí vale más la hermenéutica"

En cuanto al valor comercial de su arte, dice que eso solo se sabrá cuando él muera. "Mientras viva están la envidia, los señalamientos, que si estudié o no, pero ahí está mi aporte al mundo, mis pinturas son las que van a hablar por mí y luego se verá cuánto valen. Esa plata, millones o centavos, ni siquiera la veré. Para mí vale más la hermenéutica, lo que mi pintura haga pensar y sentir a quien la observe, ese valor espiritual y sentimental no tiene precio".

Recuerda que uno de sus momentos más difíciles fue cuando se agravó la crisis económica venezolana y se quedó sin pinturas y lienzos. En ese entonces, tuvo que recurrir al carbón de la cocina. "Me tocó dibujar con el hollín de las ollas, las raspaba con los dedos y pintaba en lo que consiguiera".

A Colombo le han ofrecido salir de Venezuela e instalarse en países como Grecia e Italia para mostrar y vender sus obras, pero a él no le interesa. Prefiere la tranquilidad de su casa y comer un plato de caraotas con pasta y arepas.

Durante cuatro horas, también habló de sus otros intereses: las ambigüedades de la vida, las posturas políticas actuales, la maldad del nazismo y sus mentiras, la visión del budismo, el pacifismo, los robos de sus obras por personas vinculadas a la política, la música clásica y de su poeta favorito, José Antonio Ramos Sucre.

Macario agradece el reconocimiento que le han hecho en vida, reflejada en distintos documentales cinematográficos y televisivos, entrevistas y un par de libros: "Macario el pintor de la locura", un estudio científico y sociológico escrito por Félix Pifano durante 20 años; y "La pintura como medio para la libertad", del autor Luis Velásquez.

"Yo voy a pintar hasta que me muera, hasta que el cuerpo me lo permita, es lo que me da vida y aunque no me quiero morir, porque me gusta mucho la vida, estoy claro que eso va a pasar algún día".

Orlando Rangel Y.

05 enero 2022

Venezuela despliega sus fuerzas militares y advierte que responderá con contundencia ante la escalada de violencia en la frontera con Colombia

Por: Rusia Today

El Gobierno colombiano anunció, por su parte, que enviará dos batallones al departamento del Arauca, donde fueron asesinadas 23 personas.

Venezuela despliega sus fuerzas militares y advierte que responderá con contundencia ante la escalada de violencia en la frontera con Colombia.

El Gobierno venezolano anunció que desplegará sus fuerzas militares y responderá "contundentemente ante cualquier agresión" a su soberanía, luego de que Colombia le acusara de dar protección a los grupos armados ilegales que estarían relacionados con el asesinato de 23 personas en varios municipios fronterizos del departamento colombiano del Arauca, el fin de semana pasado.

Desde Bogotá, se informó el desplazamiento de dos batallones a la zona fronteriza, según adelantó el presidente Iván Duque. Tanto el mandatario como su ministro de Defensa, Diego Molano, se refirieron a la supuesta vinculación de Caracas con los hechos que se registraron en los municipios colombianos de Arauquita, Tame, Fortul y Saravena, a pesar de que ya en 2019 la Defensoría del Pueblo de Colombia había emitido una alerta temprana por violencia "estructural" en la zona.

En menos de 24 horas fueron asesinadas más de veinte personas y tuvieron que desplazarse de manera forzada por lo menos doce familias. En un primer comunicado, el Ejército colombiano atribuyó lo ocurrido al enfrentamiento entre el Frente de Guerra Oriental del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por el "control de las economías ilícitas".

"La protección" de Maduro

Al término de una reunión de seguridad, en la ciudad de Cartagena, el mandatario colombiano dijo que había instruido a Molano para que aumentara "la capacidad de Fuerza Pública" en Arauca y ordenó el desplazamiento en las próximas 72 horas de dos batallones "para apoyar la tarea de control territorial".

Duque aseveró que fortalecería la "inteligencia y contrainteligencia" en el Arauca, que ampliaría "la capacidad de supervisión helicoportada y aerotransportada" y que usarían drones para el patrullaje en la zona.

Este reforzamiento de la vigilancia lo relacionó con su señalamiento sostenido de la supuesta protección de Caracas a los grupos armados ilegales colombianos, sin que su Gobierno haya presentado pruebas al respecto. Estas acciones, según dijo Duque, tienen el objetivo de hacer seguimiento de los puntos en los que presuntamente operan.

"El mensaje es claro: vamos a enfrentarlos como lo hemos venido haciendo hasta ahora, con total contundencia en el territorio, y estaremos denunciando también la connivencia y la protección que les ha brindado el régimen dictatorial de Nicolás Maduro a estas estructuras criminales", agregó el mandatario colombiano.

Por su parte, el ministro de Defensa afirmó en un tuit que nuevamente se demostraba "cómo actos criminales al otro lado de la frontera afectan la tranquilidad en Colombia" y aseveró que la disputa entre organizaciones ilegales, que causó la muerte de 23 personas, "se está dando en Venezuela entre la alianza del ELN y la Segunda Marquetalia [grupo disidente de las FARC liderado por Iván Márquez, prófugo de la Justicia colombiana] contra disidencias de FARC".

Venezuela "eleva nivel de alerta"

En una serie de trinos, de titular de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, desestimó las acusaciones de Colombia e informó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) se encuentra en los municipios venezolanos del estado Apure, fronterizo con el departamento del Arauca, y que "ha elevado su nivel de alerta ante los acontecimientos al otro lado de la frontera para proteger al pueblo y responder contundentemente ante cualquier agresión" a la soberanía de su país.

En sus tuits, Padrino López se preguntó cuáles eran las razones por las que Bogotá acusaba nuevamente a Venezuela de estar detrás de las acciones violentas, sin presentar sustento para esas afirmaciones.

"¿Otra vez? Duque, el peor presidente de Colombia, crea 'fuerzas de élite', envía batallones a la frontera, ordena operaciones aerotransportadas, despliega drones, etc; mientras emite un panfletario informe para disfrazar una realidad que hoy se hace palpable en Arauca", escribió el titular de Defensa venezolano.

En su opinión, "seguir señalando a Venezuela de la violencia", que se ha extendido por décadas en Colombia, no exculpará a la clase política gobernante de ese país "hasta tanto la tortilla se vuelva y la oligarquía colombiana sea sustituida por un gobierno de compromiso social".

¿Cuál es la situación en Arauca?

En su reporte más reciente, la Defensoría del Pueblo informó que hasta ahora hay 23 personas asesinadas "como consecuencia de la confrontación entre grupos armados ilegales con presencia en esa región". De esa cifra, 17 cuerpos están en la morgue de Saravena y seis en Tame.

Hasta el momento, 12 familias han sufrido desplazamiento forzado (seis en Saravena y otras seis en Tame).

El defensor del Pueblo, Carlos Camargo, recordó en un tuit que el organismo que dirige emitió el alerta temprana 029 en 2019 para advertir sobre los homicidios en Tame, Fortul, Saravena y Arauquita, además del "riesgo de amenazas y retenciones ilegales, reclutamiento de niños y adolescentes y desplazamiento forzado".

La situación de mayor tensión en la zona limítrofe entre ambos países se vivió en Apure, fronterizo con el Arauca, entre marzo y abril de 2021, cuando se registraron varios combates entre el Ejército venezolano y grupos irregulares colombianos, que dejaron bajas de ambos lados y un grupo de desplazados que cruzaron a Arauquita. En esa oportunidad, Caracas señaló a Colombia de "exportar" el paramilitarismo a su territorio.

La tensión que se ha generado entre ambos países tras los enfrentamientos en la zona fronteriza con Venezuela ocurre a cinco días de que se realice la repetición de las elecciones para gobernador en el estado Barinas, a unas dos horas de Arauquita, y fronterizo con Apure. 

Si bien en 2021 hubo varios hechos de violencia en el Arauca, la hostilidad en la zona es de vieja data. En una publicación de la ONG colombiana Crudo Transparente se afirma que allí, al igual que en otras regiones del país, "ha existido un grave y prolongado conflicto armado", caracterizado por la disputa por "el control de las rentas petroleras" entre grupos ilegales organizados y redes de corrupción, desde los años 80. Sin embargo, aunque este sería el "fin inicial", el acceso a los recursos naturales es "un medio que les permite perpetuarse, prosperar y expandirse territorialmente".

29 noviembre 2021

Crisis del cambio climático

Por: Hispan TV

El tema del cambio climático se ha debatido durante décadas; se ha debatido tanto que podríamos pensar que se han logrado avances. Pero, lamentablemente, esto no ha sido posible.

Las grandes corporaciones y los países ricos siguen haciendo promesas que nunca han cumplido y que, al parecer, nunca cumplirán.

Hoy vamos a analizar la COP26, efectuada hace muy poco, y haremos referencia a las sempiternas y “mentirosas” promesas climáticas.


La nueva máscara de las derechas en América Latina debilita a las izquierdas apoltronadas: ¿Kast, Milei y Camacho como paradigma?

Por: RT

La izquierda latinoamericana luce impotente para comprender las clases en ascenso, los nuevos códigos y las redes simbólicas en crecimiento que han dado un rostro propio a la condición virtual que arropa la política: la libertad y la rebelión se vuelven de derecha.

El candidato ultraderechista José Antonio Kast tras la victoria en la primera vuelta de Chile, Santiago, 21 de noviembre de 2021Pablo Sanhueza / Reuters

 La rebelión se vuelven de derecha.


La nueva máscara de las derechas en América Latina debilita a las izquierdas apoltronadas: ¿Kast, Milei y Camacho como paradigma?
El candidato ultraderechista José Antonio Kast tras la victoria en la primera vuelta de Chile, Santiago, 21 de noviembre de 2021
Pablo Sanhueza / Reuters
El triunfo de José Antonio Kast en la primera vuelta de las presidenciales chilenas ha sorprendido al mundo, especialmente después del estallido social de 2019. Analizar su emergencia, como actor ubicado "a la derecha de la derecha", implica entenderlo como una reacción política de las élites económicas contra el auge de la izquierda y la inefectividad de las fórmulas de la derecha liberal para detenerlo.

Esto no es solo un tema chileno, habría que relacionarlo con experiencias tanto de la región como del mundo. En Italia y España, la extrema derecha sigue su desarrollo en ascenso. En Argentina, la reciente aparición de Javier Milei en las elecciones legislativas, un "ultraliberal" que tiene como objetivo acabar con las "castas políticas", aunque sea una minoría muy acotada, nos da claves importantes de esta emergencia.

En la medida que entran en crisis, los Gobiernos progresistas son incapaces de entender los nuevos clivajes y se debilitan electoralmente. Nuevas derechas, más o menos populistas, se van robando sectores –a veces populares otras emergentes, juveniles o conservadores– que se sienten defraudados por la izquierda pero no quieren volver al cauce institucional-liberal en el que los cambios sociales lucen muy lentos, por no decir imposibles. La sociedad está inconforme y quiere cambio, si no lo consigue por la izquierda, lo busca por la derecha.

Por su parte, la izquierda latinoamericana luce impotente para comprender las clases en ascenso, los nuevos códigos y las redes simbólicas en crecimiento que han dado un rostro propio a la condición virtual que arropa la política: la libertad y la rebelión se vuelven de derecha.

Así, el conservadurismo con altísimos niveles de clasismo y racismo, por su violencia simbólica y real, por el crudo ideologicismo que trae, se convierte en un peligro para la propia sociedad, y una muestra de ello es el caso de Bolsonaro.

¿Cómo surge esta nueva derecha?
Los primeros quince años del siglo fueron de auge para los movimientos progresistas y de izquierdas en América Latina, ya no en forma de protestas y movilizaciones, como había sucedido en los noventas, sino por medio de la toma del poder político.

Los presidentes de Brasil, Venezuela y Argentina, Lula da Silva, Hugo Chávez y Nestor Kirchner en un encuentro en Caracas, 6 de agosto de 2010

Los presidentes de Brasil, Venezuela y Argentina, Lula da Silva, Hugo Chávez y Nestor Kirchner en un encuentro en Caracas, 6 de agosto de 2010
Jorge Silva / Reuters
El populismo permitía entenderlas como movimientos que procedían de lo popular, y no tanto de las izquierdas intelectuales o institucionalizadas.

En la medida que se hacían fuertes y demostraban poder para ganar elecciones y mantener estables regímenes políticos democráticos, se iba incubando una ideología de derecha que no podía ascender debido a que no había condiciones para enfrentar a los populismos desde las armas tradicionales que habían dominado las élites: la institucionalidad liberal.

Por ello, los populismos supusieron una crítica radical a las instituciones liberales y basaron su discurso contra las élites, donde incluyen tanto a los poderes políticos de izquierda como de derecha. 

En este marco, las derechas tradicionales se iban hundiendo en la medida en que los populismos tomaban el control político. Así, para defender sus privilegios típicos de la región, provenientes del mundo colonial, las élites económicas tuvieron que quitarse la corbata, deshacerse un poco del corsé liberal, ponerse un traje de campaña e ir a pelear con la izquierda en su propio terreno: en los sectores populares y contra la institucionalidad liberal que no era leída por estos como la estructura burguesa, sino como el imperio del Estado "benefactor y corrupto".

Es aquí donde surge Bolsonaro, un militar, políticamente incorrecto, que logró un discurso tan efectivo que colocó a los progresistas brasileños en el mismo saco de las élites políticas. Pero no fue el único.

La derecha ahora se presenta bajo un envoltorio de rebeldía. Ya no es senil ni gana por sus apellidos y la compra de partidos y medios, sino que es interpeladora, profundamente moralista pero a la vez incorrecta en su sinceridad sobre las cosas que quiere destruir.

Ya en el gran laboratorio de comienzos de siglo, en Venezuela, una derecha joven y radical, en torno a los partidos Primero Justicia y Voluntad Popular, había movilizado a las clases medias contra el gobierno del expresidente Hugo Chávez en la medida que desplazaba a la élite política adecocopeyana.

Después de una larga sequía de la derecha en la región, llegó a mediados de la segunda década una ola conservadora, iniciada por el ahora expresidente Mauricio Macri, que fue apoderándose de sectores populares y del cansancio que irrumpía en el peronismo.

Mientras tanto, populistas de derecha como Uribe se fueron radicalizando aún más en contra de la derecha del expresidente Santos, a quien consideró "entreguista".

En Bolivia, en 2019, la derecha de Camacho también se quitó la corbata y se lanzó a las calles a llevar a cabo una lucha simbólica basada en el disturbio y el linchamiento al adversario y llegó casi sin problemas al Palacio de Gobierno.

Estas derechas suelen tener su momento de gloria y una rápida caída. Y podríamos pensar que son pasajeras: Macri perdió rápidamente, Camacho también en las presidenciales, Bolsonaro se debilita, Kast muy probablemente pierda.

Sin embargo, los problemas que tiene la dirigencia regional progresista para gobernar y llevar cambios, así sean mínimos, son más gruesos que los que puede resolver. Y se van acumulando para luego presentarse en las urnas. Se da la posibilidad de que tarde o temprano reaparezcan la derecha de una forma u otra.

La derecha, que era sinónimo de parquedad y estabilidad, ahora se presenta bajo un envoltorio de rebeldía. Es una derecha que ya no es senil ni gana por sus apellidos y la compra de partidos y medios, sino que es una derecha interpeladora, profundamente moralista pero a la vez incorrecta en su sinceridad sobre las cosas que quiere destruir, incluyendo la migración, la izquierda, el Estado, etc.

Para ello ha recuperado el discurso tradicional anticomunista. Cuando ni las fórmulas más radicales del populismo de izquierda lo recuperan, la nueva derecha recrea su fantasma y lo pone ella misma a recorrer el mundo. 

¿Moverse al centro? El dilema de la izquierda

Ante esta irrupción, las izquierdas no han respondido sacándose la corbata, sino que más bien se han contentado con apoltronarse en el centro político que les permite la gobernabilidad mínima.

Es allí donde las nuevas experiencias progresistas no pueden fallar: en entender las situaciones emergentes sin olvidar la necesidad de transformación profunda que sigue pidiendo la gente. Cuando eso no ocurre, vuelve a emerger el fenómeno del derechismo, cada vez de forma más agresiva.

En 2018, Bolsonaro se quedó con las grandes mayorías que eran leales al expresidente Lula da Silva y hoy hay una lucha en ese sector para competir en las presidenciales del año que viene. No hablamos que la refriega se dé en las clases medias o en ascenso, como se pensaba durante la ola progresista. En Brasil la pelea por el voto está en las clases populares que fueron entusiasmadas por el discurso incorrecto del exmilitar, quien logró vincular a Lula, ese viejo líder popular, como parte esencial de las cúpulas. Hoy Lula debe asociarse con el 'establishment' brasileño, sus antiguos enemigos, para poder derrotar a Bolsonaro, lo que puede hacer que su discurso termine siendo más edulcorado y menos interpelativo que en sus años de gloria política.

Algo similar podría estar ocurriendo en Chile y la recta final de la campaña presidencial. La izquierda, por medio de su candidato Gabriel Boric, lógicamente se desplaza hacia el centro para ganar espacio en la confrontación a la extrema derecha, y ese movimiento lo hace atemperar la radicalidad que vivió Chile en el 2019. El éxito electoral lo consigue con los votos y sectores del centro que lo van convirtiendo en un político tradicional, correcto, que va perdiendo plataforma para la interpelación.

Es allí donde las nuevas experiencias progresistas no pueden fallar: en entender las nuevas situaciones emergentes sin olvidar la necesidad de transformación profunda que sigue pidiendo la gente, porque cuando eso no ocurre, vuelve a emerger el fenómeno del derechismo, cada vez de forma más agresiva.

Ociel Alí López

Es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.


EEUU desesperado por petróleo ruega a Venezuela por suministro y ofrece levantar sanciones contra la estatal petrolera

Por: Analisis Critico

Estados Unidos sufre una profunda crisis energética que coloca a Joe Biden al borde de la desesperación.


Los precios del petróleo se han disparado hacia un alza exponencial, lo que podría obligar al gobierno estadounidense a decretar un estado de excepción.

Lo excepcional de esta situación es que EEUU se ve obligado a revertir las políticas sancionatorias y restablecer sus relaciones diplomáticas con Venezuela y en gesto de buena voluntad liberar a Alex Saab.

 

Puedes ser de la tercera edad pero el Swing nunca te abandona

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